Tú, Presencia como
el aceite en una comida sabrosa.
Tú, Presencia como el
agua que calma la sed de nuestro corazón.
Tú, Presencia como el
alimento inacabable.
Tú, Presencia como
el amor sobre todo amor.
Tú, Presencia como el
ancla en nuestras tormentas.
Tú, Presencia como
el artesano de lo mejor que nos puede pasar.
Tú, Presencia como el
bálsamo suave para nuestras heridas.
Tú, Presencia como
el brío de toda maduración de las mejores capacidades humanas.
Tú, Presencia como
el desencadenante de todos los deseos de cuidar la vida, toda vida, en todo
lugar.
Tú, Presencia como
el destello que nos hace comprender lo importante de la realidad.
Tú, Presencia como
el fermento en nuestra masa.
Tú, Presencia como
el fuego que arde en el corazón de todo ser humano.
Tú, Presencia como el
fulgor en nuestro más íntimo interior.
Tú, Presencia como
el fundamento ante la dureza de la vida.
Tú, Presencia como el
horizonte de confianza.
Tú, Presencia como
el hoy de Dios.
Tú, Presencia como
el impulso de toda buena acción.
Tú, Presencia como
el misterio insondable de nuestra contemplación.
Tú, Presencia como
el olor del pan recién hecho en casa.
Tú, Presencia como
el perdón sobre todo perdón.
Tú, Presencia como el
poder de lo real
Tú, Presencia como
el que limpia nuestro corazón.
Tú, Presencia como
el que nos cuida por amor, por amar.
Tú, Presencia como
el que nos enseña a mirar con Dios mira a los seres humanos.
Tú, Presencia como
el rocío en los feraces campos de cultivo.
Tú, Presencia como
el sabor de la comida de nuestra infancia.
Tú, Presencia como
el viento de las marismas.
Tú, Presencia como
el vigor de todas las energías del universo.
Tú, Presencia como
la brisa del atardecer que nos llena de esperanza.
Tú, Presencia como la
caricia de una madre.
Tú, Presencia como la
chispa de lo divino en toda experiencia de la belleza.
Tú, Presencia como
la clave de la paz en la convivencia humana.
Tú, Presencia como la
compañía infalible en nuestra humanidad.
Tú, Presencia como
la esencia de la armonía de la comunión de mentes y corazones.
Tú, Presencia como
la estrella polar en nuestros desiertos.
Tú, Presencia como
la fuente de toda la belleza de la vida.
Tú, Presencia como la
fuerza de nuestros compromisos.
Tú, Presencia como la
garantía de todo bien.
Tú, Presencia como
la gracia de toda la gracia.
Tú, Presencia como
la intuición que hace visible lo mejor de la humanidad.
Tú, Presencia como
la luz del amanecer para las aves del campo.
Tú, Presencia como la
palabra de aliento permanente.
Tú, Presencia como la
raíz de lo mejor de cada uno.
Tú, Presencia como
la sal de nuestra vida cotidiana.
Tú, Presencia como
la salvación más allá de cualquier intuición humana.
Tú, Presencia como
la savia en los árboles de toda especie.
Tú, Presencia como
la serenidad en nuestros desconciertos.
Tú, Presencia como la
sonoridad de los silencios creyentes.
Tú, Presencia como la
ternura frente a la amargura de la existencia.
Tú, Presencia como
la vitalidad de toda vida.
Tú, Presencia como las
semillas de vida frente al nihilismo.
Tú, Presencia como
lo más humano de nuestra humanidad.
Tú, Presencia como
lo más real de la realidad.
Tú, Presencia como solo
sabe estar Dios entre los hombres.
Tú, Presencia donde estamos
implantados.
Tú, Presencia donde somos,
nos movemos y existimos.
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