OH DIOS, TEN
COMPASIÓN DE ESTE PECADOR.
Amor eterno, perdona
la ceguera de mi corazón.
Amor que no pasa,
rescátame de mi egoísmo.
Clama mi sombra por tu
luz, Señor.
Cristo, compadécete de
mi fragilidad.
Cristo, luz del mundo,
ilumina mi oscuridad.
Cristo, médico del
alma, sana mis heridas.
Cristo, sálvame, ahora
y siempre.
Dios bondad, que no
eres juez que castiga, sino el amor que purifica.
Dios bueno, perdona
mis desvaríos y renuévame.
Dios bueno, que no
desprecia un corazón que desea descanso.
Dios clemente, acoge
mi deseo de paz.
Dios de amor, perdona
mis insensateces.
Dios de bondad, crea
en mí un corazón puro.
Dios de clemencia,
restáurame en tu amistad.
Dios de la salvación,
en la conciencia de mi límite descubro la necesidad de tu amor.
Dios de la vida, que
mi arrepentimiento sincero sea el inicio de la luz interior.
Dios de silencio,
escucha mi grito escondido.
Dios de ternura,
transforma mi dureza de corazón en humildad.
Dios de toda vida,
rescátame de la ceguera del ego.
Dios fiel, vuelve a mí
tu rostro y dame tu perdón.
Dios mío, acoge mi
imperfección como oportunidad de tu compasión.
Dios mío, perdóname.
Dios padre y madre no
se cansa nunca de perdonar.
Dios siempre propicio,
escucha mi voz.
Fuente de toda bondad,
acoge mi miseria.
Fuente de vida,
disuelve mi sombra en tu claridad.
Jesús, confío en Ti.
Jesús, Hijo de David,
ten compasión de mí.
Jesús, misericordia y
misericordia.
Luz divina, disipa las
sombras de mi vida.
Luz que no se apaga,
enciende en mí la llama del perdón.
Mar de misericordia,
acógeme.
Misericordia infinita,
abrázame en tu perdón.
Misericordia, Señor,
ahora y siempre, sin descanso.
Misericordioso Dios,
sostén mi corazón quebrantado.
Oh Dios que nada me,
que nada me espante; que sólo me vestes Tú
Oh Dios, confío en tu
gracia vitalizante.
Oh Dios, mi esperanza,
limpia mi alma de todo sufrimiento.
Oh Dios, que tu gracia
se pose sobre mi herida reconocida.
Oh Dios, ten compasión
de este pecador.
Oh, Dios, recréame.
Padre compasivo, acoge
a tu hijo arrepentido.
Padre de misericordia,
no apartes tu rostro de mí.
Padre me abandono a tu
misericordia.
Padre, conviérteme y
renueva en mí tu Espíritu.
Padre, enséñame la
humildad del publicano.
Padre, levántame una y
otra vez.
Padre, me abandono en
tus manos.
Padre, reconozco mi
finitud ante tu infinitud oceánica de amor.
Presencia infinita,
acógeme en tu misericordia.
Sálvame, Señor, que
perezco.
Señor de la paciencia,
soporta mi pobreza interior.
Señor de mi vida,
ábreme paso hacia ti.
Señor Jesucristo, Hijo
de Dios, ten misericordia de mí, pecador.
Señor mío, me
reconozco débil: ten compasión de mí.
Señor, acepto mi
condición de ser herido.
Señor, acuérdate de mí
cuando llegues a tu Reino.
Señor, ante ti que mi
corazón comprenda tu misericordia.
Señor, dame la gracia
de la conversión continua.
Señor, en tu bondad
confío: líbrame de la ceguera que me
habita.
Señor, hazme digno de
tu compasión y de tu paz.
Señor, hazme nuevo día
a día.
Señor, mira mi pobreza
y cúbrela con tu gracia.
Señor, mírame con ojos
de bondad.
Señor, muéstrame tu
misericordia.
Señor, no me trates
según mis necedades.
Señor, no soy digno de
que entres en mi casa.
Señor, purifica mi
corazón de todo mal.
Señor, sana mi corazón
herido por la soberbia.
Señor, si quieres,
puedes regenerarme.
Señor, sólo tu amor
puede redimirme.
Señor, ten piedad de
mí, porque soy débil.
Señor, transforma mi
arrogancia en humildad.
Señor, vuelve a mí tu
mirada y renueva mi ser.
Tarde te amé,
hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé.
Ten piedad de mí, oh
Dios, según tu misericordia.
Ten piedad de mí,
Señor, según tu gran ternura.
Tomad, Señor, y
recibid toda mi libertad….