ALIÉNTANOS
Señor Jesús,
aliéntanos para hablar bien de ti con nuestras obras y nuestras palabras.
Señor Jesús, ilumina
nuestra inteligencia para detectar lo mejor para el cuidado de la vida en las
experiencias más significativas de nuestro tiempo.
Señor Jesús,
acompáñanos a la hora de discernir lo más evangelizador en estos extraños
tiempos que nos toca vivir.
Señor Jesús, danos
valentía para renovar todo lo que tengamos que renovar en nuestras vidas, en
nuestra Iglesia, en nuestra cultura y sociedad.
Señor Jesús,
impúlsanos a no quedarnos en nuestras comodidades, en nuestro control de
riesgos, en nuestros cumplimientos timoratos.
Señor Jesús, quítanos
el miedo a nuestra verdad, a tu verdad.
Señor Jesús que nos
tomemos en serio la fe.
Señor Jesús, que nos
tomemos en serio la potencia de tu espíritu que atraviesa lo mejor de los seres
humanos que cultivan la justicia, la fraternidad y la santidad en tantas y
tantas tradiciones religiosas y espirituales.
Señor Jesús, ayúdanos
a reconocer que el Espíritu ya está en nosotros, que la Palabra de Dios puede y
debe leerse para que nos sintamos directamente concernidos en el testimonio de
tu reino a todos y cada uno de los seres humanos con los que nos cruzamos en la
vida.
Señor Jesús, que el
sediento, sea cual sea su sed viva con nosotros síntomas de la fuente
inagotable que arraiga en ti.
Señor Jesús, que el
ciego, sea cual sea su ceguera, viva con nosotros síntomas de la luz inagotable
que arraiga en ti.
Señor Jesús, que el
cautivo, sea cual sea su herraje, viva en nosotros síntomas de esa libertad
inagotable que arraiga en ti, la libertad luminosa y humanizante de los Hijos
de Dios.
Señor Jesús,
despiértanos.
Señor Jesús,
auméntanos la audacia.
Señor Jesús,
transfórmanos en personas de Dios para los demás.
Señor Jesús, tenemos
una misión y la queremos cumplir.
Es de lo mejor que nos
puede pasar.