SEÑOR JESÚS, NO TENDRÉ TEMOR ANTE LO QUE ME PASE EN LA VIDA
Señor Jesús, no tengo
idea de adónde voy.
¡Auméntame la fe
aunque me cerquen
sombras de muerte que crecen como un cáncer!
Señor Jesús, no veo el
camino delante de mí.
¡Auméntame la
esperanza
aunque me cerquen
tinieblas de sinsentido que hielan mi sensibilidad y mi corazón!
Señor Jesús, no puedo
saber con certeza dónde terminaré con mi cuerpo gastado.
¡Auméntame la
comprensión
aunque me cerquen
sombras de absurdo que disuelven las pocas certezas que tengo!
Señor Jesús, no me
conozco realmente, soy una amalgama de contradicciones.
¡Auméntame el
autoconocimiento
aunque me cerquen
sombras de baja autoestima tan realistas, tan puñeteras!
Señor Jesús, aunque
crea que siga tu voluntad no significa que en realidad lo esté haciendo.
¡Auméntame la
autenticidad
aunque me cerquen
sombras de pecado que me devoran, idólatras!
Señor Jesús, no confío
fácilmente en que cuidas de verdad de nosotros.
¡Auméntame la
confianza
aunque me cerquen
sombras de soberbia tan ciegas y tan estúpidas!
Señor Jesús, temo
cambiar, crecer, abrirme a nuevas experiencias humanas y espirituales.
¡Auméntame la valentía
interior
aunque me cerquen
sombras de cobardía humana, demasiado humana!
Señor Jesús, vivo
atado a mi pasado, a mis errores, a mis remordimientos.
¡Auméntame la apertura
a tu amor sobre todo
amor tan universal,
tan a la medida,
tan liberador!
Señor Jesús, me cuesta
tanto reconocer que las capacidades que tengo son la tarea que me encomiendas.
¡Auméntame la libertad
para dar de mí y de lo
mejor de mí en la siembra del Reino de Dios!
Señor Jesús, me rindo
demasiado pronto ante las dificultades.
¡Auméntame la
capacidad de entrega,
la perseverancia,
la paciencia…
la sensibilidad ante
los ritmos del crecimiento espiritual!
Señor Jesús, me cansa
tanta y tanta insignificancia que me rodea y me presiona.
¡Auméntame la
sensibilidad
ante tu presencia en
cada ser humano que me encuentro en la vida!
Señor Jesús, tantas y
tantas veces me resisto a la realidad.
¡Auméntame la
capacidad de realismo
para intuir las
posibilidades de cuidar tu Reino que ya ha empezado entre nosotros!
Señor Jesús,
no tendré temor ante
lo que me pase en la vida
porque sé muy
claramente
que siempre estás
conmigo…
siempre estás con
nosotros,
los humanos, tan
humanos…
tan humanitos…
y que nunca dejarás
que afrontemos solos nuestros peligros.
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