jueves, 27 de febrero de 2025

100.- 02.03.2025.TIEMPO ORDINARIO 8.CICLO C

Jesús, maestro de las mejores palabras para la vida de los hombres.

Palabras que nos llegan a lo hondo,

palabras que nos mejoran,

palabras que nos aligeran de las asperezas de la vida.


Jesús, maestro de la verdad del corazón del ser humano.

Ábrenos los oídos de la conciencia,

ábrenos los ojos de la misericordia,

ábrenos los ojos la voluntad de verdad y de bien.


Jesús, maestro de las palabras que crean fraternidad.

Palabras que nos arrastran a dar lo mejor de nosotros a los demás,

palabras que nos alimentan con lo que de verdad importa en la vida,

palabras que nos orientan en estos tiempos convulsos que nos toca vivir.


Jesús, maestro de la comunión.

Impúlsanos a descentrarnos de nuestro ego violento,

impúlsanos a arriesgarnos a la aventura de cuidar la vida en serio,

impúlsanos a ser personas para que la santidad y justicia en este mundo tan maltratado.


Jesús, maestro de las palabras que hacen crecer.

Palabras que nos renuevan una y otra vez a lo largo de nuestras medianas biografías,

palabras que nos hacen tocar la tierra de los hombres con hambre y sed de justicia,

palabras que nos dan el horizonte de plenitud al que aspira todo ser humano. 


Jesús, maestro de la esperanza.

Que miremos como tú mirabas a los seres humanos que nos encontremos en la vida.

Que hablemos del Reino como tú hablabas a los seres humanos maltratados por la vida.

Que actuemos a favor de la vida como tú hacías con los hombres dolientes que te encontrabas por los caminos de tu vida.


Jesús, maestro de las palabras que sanan.

Palabras que inspiran a amar sin medida,

palabras que nos llegan en el momento y la forma adecuadas,

palabras que nos regeneran y nos lanzan mucho más allá de lo que jamás hubiéramos imaginado.


Jesús, maestro del amor.

Un amor sin fronteras de ninguna clase,

un amor sin etiquetas que excluyen,

un amor sobre todo amor imaginable.


Jesús, maestro de las palabra que cuidan a las personas.

Palabras a la medida de las necesidades más reales de cada uno,

palabras oportunas que nos llegan en los momentos que realmente podemos entenderlas,

palabras que nos cambian la vida cuando de verdad estamos preparados para la vida nueva.


Jesús, maestro del cuidado. 

Maestro del respeto que nos reconstituye,

maestro del aprecio que nos alegra definitivamente la vida,

maestro de la delicadeza frente a nuestras heridas tan humanas, tan demasiado humanas. 


Jesús, maestro de las palabras de vida eterna.

Palabras que resuenan maravillosamente en nuestro dolorido interior,

palabras que nos nombran como nadie nunca jamás nos ha nombrado jamás,

palabras que nos llaman por nuestro nombre para peregrinar hacia la vida eterna.


Jesús, maestro de las palabras definitivas que escuchamos en el silencio de la noche.

Jesús, maestro de las palabras definitivas que escuchamos en la intensidad de la devoción.

Jesús, maestro de las palabras definitivas que nos llegan a través de los mejores de tu Iglesia. 


Jesús, maestro de las palabras 

que sacian nuestra sed de humanidad, 

sacian nuestra sed de comunión,

sacian nuestra sed de santidad. 

carmeloampelio@gmail.com




miércoles, 19 de febrero de 2025

99.- 23.02. 2025.TIEMPO ORDINARIO 7.CICLO C

 LUZ DE LUZ


Señor, lo peor de mi me ciega a tu presencia que crea hermandad.
Los malos pensamientos hacia los demás me arañan el rostro y envenenan mis palabras.
Señor Jesús, luz del mundo: disuelve mis sombras.
Hazme luz de tu luz.
 
Señor Jesús, la tentación de imponerme por la fuerza me domina.
Los enemigos interiores transmutan mi corazón en una piedra inerte.
Señor Jesús, luz del mundo: sanea mi corazón dañado.
Hazme luz de tu luz.
 
Señor Jesús, no puedo evitar la aversión hacia los que dañan a los demás sin necesidad.
La cerrazón de mi soberbia seca mi capacidad de misericordia.
Señor Jesús, luz del mundo: ábreme a lo mejor de mí mismo y de los demás.
Hazme luz de tu luz.
 
Señor Jesús, genero demasiadas veces conflictos por la obcecación de mi ego.
Mi avidez de autoafirmarme sea como sea me vence una y otra vez.
Señor Jesús, luz del mundo: transfórmame en un instrumento de tu paz.
Hazme luz de tu luz.
 
Señor Jesús, a veces creo que soy un caso perdido.
Señor Jesús, a veces creo que soy un fraude.
Señor Jesús, a veces creo que soy un fatuo con un disfraz de creyente.
 
Señor Jesús, desde lo más honde mí
sé que me habitas,
sé que me miras con misericordia,
sé que fundamentas misteriosamente la confianza
en que la última y radical esencia de la realidad es el amor.
 
Señor Jesús,
no sé cómo pero intuyo
la alegría que de todo es don,
de que todo es gracia,
de que todo ocurre para acercarme más a ti.
 
Señor Jesús,
que mi vida
sea un sí a la vida,
tu vida…
un sí a la comunión,
tu comunión…
un sí a la tolerancia,
tu tolerancia…
un sí al perdón,
tu perdón…
un sí al cuidado,
tu cuidado…
un sí a la mansedumbre,
la mansedumbre del buen pastor.
 
Amén.
Aleluya.


jueves, 13 de febrero de 2025

98.- 16.02. 2025.TIEMPO ORDINARIO 6.CICLO C

BIENAVENTURADOS  


Bienaventurados los profetas del cuidado de la vida porque se centran en lo esencial.


Bienaventurados los alternativos a la cultura de la muerte porque son un síntoma de esperanza.


Bienaventurados los que superan los apegos tóxicos de la tener y del aparentar porque irradian la vida nueva del evangelio.


Bienaventurados los que sufren por el dolor ajeno evitable porque ellos tienen corazón y manos del Reino.


Bienaventurados los que buscan la santidad en su vida porque testimonian la mejor parte del ser humano.


Bienaventurados los que se asocian para el bien de los más empobrecidos porque Dios los cuenta como de los suyos. 


Bienaventurados los austeros porque su corazón estará abierto al encuentro. 


Bienaventurados los que siembran misericordia día a día en este mundo tan inhóspito porque dan pistas de mejora de la realidad.


Bienaventurados los que se quitan de encima escombros de las ruinas culturales y exploran nuevas constelaciones de sentido porque son luces en la mejora de la cultura.


Bienaventurados los que cuidan la bondad de sus palabras porque ayudan a la convivencia en serenidad y confianza. 


Bienaventurados los que crean puentes de encuentro y plazas de convivencia porque aportan espacios y métodos que nos hacen mucha falta.


Bienaventurados los hospitalarios porque nos señalan que los seres humanos somos de verdad, en el fondo y en la forma, hermanos. 


Bienaventurados los creadores de belleza porque hermosean esta cultura llena de fealdades. 


Bienaventurados los que viven con simplicidad porque nos indican caminos de la nueva humanidad. 


Bienaventurados los que no juzgan porque siembran paz por donde pasan.


Bienaventurados los que miran más a las personas que a su móvil porque crecen en humanidad.


Bienaventurados los que buscan de verdad la verdad porque en su vida encuentran indicios de la presencia de Dios. 


Bienaventurados los inclusivos porque anuncian la gran fraternidad a la que estamos llamados.


Bienaventurados los que son conscientes de sus responsabilidades como ciudadanos honestos y responsables que aportan calidad de vida sus relaciones. 


Bienaventurados los que desean que todos los seres humanos vivan realmente todos los seres humanos porque son la indicación de los modos y de los deseos del Dios del Reino. 


Bienaventurados los que se asocian con los mejores de esta cultura tan llena de paradojas porque nos ayudan a detectar los destellos de lo mejor de lo humano.


Bienaventurados los abiertos de corazón al ecumenismo y al diálogo interreligioso porque están empezando a construir la santidad que alumbra a la humanidad desde los inicios de los tiempos. 


Bienaventurados los que mantienen la serenidad en estos tiempos caóticos porque ayudan a vivir lo mejor de la vida


Bienaventurados los que saben silenciarse en estos tiempos de ruidos envilecidos porque son testigos de que podemos vivir más y mejor como seres humanos. 


Bienaventurados los que logran no juzgar en estos tiempos tan egocéntricos porque profetizan la solución a la sed de comunión que habita en el corazón de todos los seres humanos. 


Bienaventurados los que alcanzan paz en estos tiempos tan ansiosos porque nos ayudan a mantener la esperanza en que no vamos de mal en peor.


Bienaventurados los que generan confianza en estos tiempos de sospecha continua porque nos recuerdan que la vida tiene sentido a pesar de los pesares. 


Bienaventurados los que se enfocan en lo que pueden controlar en estos tiempos caóticos porque dan ejemplo para ser semillas del Reino de la vida.


Bienaventurados los descentrados de sí en estos tiempos narcisistas porque nos indican que somos capaces de estar abiertos realmente a las necesidades de los demás. 


Bienaventurados los que superan creencias poco saludables en estos tiempos de irracionalidad porque nos ayudan a mantenernos en el camino del crecimiento personal. 


carmeloampelio@gmail.com


jueves, 6 de febrero de 2025

97.- 09.02. 2025.TIEMPO ORDINARIO 5.CICLO C

ASOMBRO

 

Señor Jesús:

asombro.

 

Señor Jesús, nos sigues llamando.

Asombro.

 

Señor Jesús, nos sigues fascinando.

Asombro.

 

Somos capaces de escuchar palabras que nos tocan el corazón y se quedan a habitar en él.

Asombro.

 

Podemos encontrar el camino de plenitud que sacia nuestra sed y nuestros afanes.

Asombro.

 

Somos capaces de intuir la verdad de las verdades de nuestra vida en medio de los ruidos y los desconciertos.

Asombro.

 

Podemos ampliar nuestros cegatos límites con la abundancia del amor sobre todo amor.

Asombro.

 

Somos capaces de seguir tu rastro, tu rostro, tu presencia como el perro rastrea, anhelante, a su amo, en cercano y tan distante.

Asombro.

 

Podemos percibir en nuestra respiración, tu aliento que nos regenera, nos sanea, nos alimenta.

Asombro.

 

Somos capaces de captar el flujo de la vida que nos mira con misericordia, nos genera confianza y nos alegra radicalmente en medio de las rozaduras de la vida.

Asombro.

 

Podemos ser muy conscientes de nuestro lugar en el mundo, de nuestros compañeros de viaje, de nuestra tarea esencial como seres humanos.

Asombro.

 

Somos capaces de presentir que tanto amor no puede terminar, que habrá un cielo nuevo, una tierra nueva y unos seres humanos nuevos.

Asombro.

 

Podemos vislumbrar que somos colaboradores en la transformación del mundo hacia la santidad y la justicia que tanta, tanta falta hace.

Asombro.

 

Somos capaces de descubrir que nuestras mejores energías están enrizadas en ese poder de vida que nos ofreces y nos enseñas.

Asombro.

 

Asombro de sentirnos plenamente amados en cada momento.

Asombro de sentirnos plenamente vivos en cada momento.

Asombre de sentirnos cuidados, sanados, auténticos en cada momento.

 

Asombro.

 

Aleluya.

Aleluya.

Aleluya.


carmeloampelio@gmail.com