sábado, 16 de noviembre de 2024

85.- CICLO B. DOMINGO 33 DEL TIEMPO ORDINARIO. 17.11.2024

 SEÑOR JESÚS, TUS PALABRAS NO PASARÁN.

Tus palabras, presentes en mis silencios de cansancio.

Tus palabras, presentes en mis tristezas.

Tus palabras, presentes cuando parece que se apaga mi esperanza.

Tus palabras, presentes cuando miro la vida con ojos escépticos.

Tus palabras, presentes cuando no me siento ubicado en lo que me rodea.

Tus palabras, presentes en la entraña de mis aislamientos.

Tus palabras, presentes cuando me olvido de que el silencio es revelación.

Tus palabras, presentes en el corazón de mis sueños muertos.

Tus palabras, presentes en el miedo ansioso hacia el futuro.

Tus palabras, presentes en lo más recóndito de mi soledad.

Tus palabras, presentes cuando creo que camino por una tierra baldía.

Tus palabras, presentes en los absurdos cotidianos.

Tus palabras, presentes en el hastío de tanta y tanta estupidez.

Tus palabras, presentes en los ruidos de mi mente en el silencio de la oración.

Tus palabras, presentes en mis huidas que galopan en el activismo.

Tus palabras, presentes en los océanos de la disolución de la autenticidad.

Tus palabras, presentes en las pesadillas diarias de la gran ciudad.

Tus palabras, presentes en el paso de los años como si fuera un mercancías.

Tus palabras, presentes a pesar de tanta y tanta pomposidad ritual.

Tus palabras, presentes cuando las doctrinas ya no valen para asirse al sentido real de la vida.

Tus palabras, presentes en tantas lágrimas inocentes fruto de la maldad humana.

Tus palabras, presentes en las entrañas conmovidas de los tirados en los márgenes de la historia.

Tus palabras, presentes en las manos de los que cargan compasivamente con la realidad que vivimos.

Tus palabras, presentes en los pacíficos, en los mansos, en los de corazón puro.

Tus palabras, presentes todo los santos de todas las épocas,

de todas las culturas,

de todas las espiritualidades,

de todas las religiones.

Señor Jesús, Tus palabras no pasarán.

¿Cómo agradecerte intentar ser discípulo tuyo?


carmeloampelio@gmail.com

jueves, 7 de noviembre de 2024

84.- CICLO B. DOMINGO 32 DEL TIEMPO ORDINARIO. 10.11.2024

 NO QUIERO ESTAR LEJOS DEL REINO.

Señor Jesús, no quiero estar lejos del Reino.
¿Qué sería de mí?

Señor Jesús, 
ante ti, el que se entregó totalmente,
ante ti, el que confió completamente,
ante ti, el de la total libertad para amar…
Señor Jesús, ante ti, hoy me pregunto:

¿Cómo gestiono lo que tengo,
qué hago con mis dones,
dónde deposito mi corazón?
¿Dónde voy con mi vida?

Señor Jesús, ¿qué hago con mi humildad?
Afiánzame.
Sanea mi soberbia.
Bájame de mis delirios de virtud.
Sitúame en mi verdad.
Sitúame en el mundo como tú estuviste:
abierto totalmente a Dios
y abierto totalmente a los hombres.

Señor Jesús, ¿cómo realizo mi prudencia?
Acógeme.
Cura mis juicios temerarios.
Impúlsame hacia la misericordia.
Ánclame en lo mejor de mi corazón,
ahí donde tu habitas misteriosamente. 
Que mire la realidad como tú la miraste. 

Señor Jesús, ¿cómo genero confianza?
Purifícame.
Limpia mi ansia de poder y de influencia.
Sitúame en la fraternidad.
Que sea como tú, sembrador
de semillas de comunión. 

Señor Jesús, ¿cómo custodio mi fidelidad?
Autentifícame.
Refuerza mis vínculos.
Enraízame en la comunión.
Amorízame.
Santifícame.
Abre aún más mi corazón.
Sé tú mi alimento.

Amén. Aleluya. 



jueves, 31 de octubre de 2024

83.- CICLO B. DOMINGO 31 DEL TIEMPO ORDINARIO. 03.11.2024

 Quisiera estar cerca del Reino

A pesar del cansancio,
respirar lentamente
cuando nos abruman
los escombros de la negatividad.
¡Danos tu paz, Señor!

A pesar de la desesperanza.
de nuestro corazón:
la valentía, la fraternidad, la misericordia.
¡Danos tu reino, Señor!
alimentar lo mejor

A pesar de los golpes de pesimismo,
mirar los destellos
de verdad, de bien, de belleza
que resisten entre las ruinas grises.
¡Danos tu mirada, Señor!


A pesar de tanto ruido,
a pesar de tanta paparrucha,
a pesar de tanta mentira,
silenciarse humildemente
ante la intensidad del misterio
del corazón humano.
¡Danos tu corazón, Señor!


A pesar de tanta superficialidad.
sentir lo hondo de tu presencia
en los momentos de santidad,
en los momentos de justicia,
en los momentos de fraternidad.
¡Ábrenos a tu presencia, Señor!


A pesar de tanta ceguera.
no cejar en abrir los ojos
ante la realidad
porque siempre,
siempre,
siempre
lo mejor está por venir.
¡Danos tu espíritu, Señor!


A pesar de todas las crispaciones,
serenar todo lo posible las palabras,
serenar todo lo posible los gestos,
serenar todo lo posible las miradas.
¡Danos tu fuerza interior , Señor!


A pesar de tanta mala práctica.
cuidar los detalles de humanidad,
cuidar los detalles de empatía,
cuidar los detalles de comunión.
¡Danos tu comunión, Señor!


A pesar de tanta desigualdad,
alimentar la fraternidad,
alimentar la justicia social,
alimentar el respeto a los derechos humanos.
¡Danos tu valentía, Señor!


A pesar la crisis ambiental global,
cuidar la vida,
cuidar toda vida,
cuidar toda vida en todo momento.
¡Danos tu amor a la vida, Señor!


A pesar del consumismo compulsivo,
optar por la sobriedad diaria,
optar por el compartir,
optar por la sencillez y la humildad.
¡Danos tu mansedumbre, Señor!


A pesar de tanto individualismo rampante,
cuidar el bien común,
cuidar toda clase de colaboraciones para el bien,
cuidar la cercanía sincera con los que nos rodean.
¡Danos tu comunión, Señor!


A pesar de la avidez de riqueza,
optar por la sobriedad,
optar por la moderación,
optar por la autenticidad.
¡Danos tu pobreza, Señor!


A pesar de tanto sentimiento confuso,
buscar la lucidez de tu palabra,
buscar las certezas de los impulsos del espíritu,
buscar las verdades más humanas
siendo para los demás,
cuidando a los demás,
amando a los demás.
¡Danos tu reino, Señor!


Amorízanos, Señor.
Amorízanos día a día.
Amorízanos respiración a respiración.
Amorízanos como sólo tú sabes hacerlo.


miércoles, 23 de octubre de 2024

82.- CICLO B. DOMINGO 30 DEL TIEMPO ORDINARIO. 27.10.2024

 ¿QUÉ QUIERES QUE HAGA POR TI?


Señor, líbrame de mis miedos 
acerca del dinero,
acerca de mi carrera profesional,
acerca de la seguridad…
Sé que todo lo que me pase será 
para acercarme más a la plenitud que nos regalas
momento a momento,
respiración a respiración,
latido a latido. 


Señor, libérame de todos mis pensamientos negativos,
de todos mis resentimientos,
de todos mis malos deseos de mal a los demás… 
Líbrame de esas malditas pulsiones que me impiden irradiar paz,
pulsiones que me alejan de vivir en armonía,
pulsiones que me mutilan y deforman 
de tal modo que no siembro ni la vida y ni la alegría que nos regalas. 


Señor, líbrame de todos mis deseos de poder y de control.
Sé que todas mis energías, mis dones, mi vitalidad
están al servicio de toda la vida,
están para cuidar el misterio fascinante de la vida,
están para facilitar que la vida siga su curso 
hacia la definitiva consagración en tu comunión.


Señor, líbrame de todas mis preocupaciones de dar y recibir amor.
Que mi corazón esté abierto
y sea cauce de tu amor…
… que lo mejor de mí sea un cauce
del amor que fluye y fecunda toda la realidad.


Señor, líbrame de toda la negatividad que me encierra en mí mismo.
Que mis palabras aumenten la belleza del mundo.
Que mis sentimientos aumenten la paz del mundo.
Que mis acciones aumenten la armonía del mundo. 
Paz, belleza, armonía que son tu reino, Señor. 


Señor, líbrame de todos los miedos que acumulo 
al mirar al pasado, al presente o al futuro. 
Líbrame de distorsionar la verdad amorosa 
que atraviesa toda la historia y toda biografía. 
La verdad de tu presencia amorosa y cuidadosa. 


Señor, líbrame de mis cegueras 
que me impiden recibir tu sabiduría,
que me impiden crecer en santidad y humanidad,
que me hunden en mi triste pobreza y en mis malignos agujeros vitales. 

Amén. Aleluya.


carmeloampelio@gmail.com  


81.- CICLO B. DOMINGO 29 DEL TIEMPO ORDINARIO. 20.10.2024

VEN Y SÍGUEME

Señor Jesús: seguirte.
Seguirte.
Porque eres el centro de nuestra vida.
Seguirte.
Porque llenas nuestros corazones.
Seguirte.
Porque tienes palabras de vida eterna.

Señor, a esto nos llamas:
a salir de la propia comodidad.
Señor, ser discípulos misioneros
del servicio,
de la misericordia,
de la fraternidad.

Señor, a esto nos llamas:
a compartir una misericordia profunda con los demás.
Señor, ser discípulos misioneros
de la ternura, 
de la cercanía,
de la compasión.

Señor, a esto nos llamas:
a irradiar la alegría profunda que nace del evangelio.
Señor, ser discípulos misioneros
de la esperanza,
de la fraternidad,
de la vida cuidada y respetada.

Señor, a esto nos llamas:
a ser personas cercanas y conectadas
con las personas más pobres.
Señor, ser discípulos misioneros
entre los caídos en las cunetas,
entre los que andan muy perdidos en las ciudades,
entre los que ven vulnerados sus derechos humanos. 

Señor, a esto nos llamas:
a la humildad y a la sencillez.
Señor, ser discípulos misioneros
humildes en lo más auténtico de nuestras vidas,
en lo cotidiano de nuestras palabras y acciones,
en lo que de verdad nos importa en la vida:
la santidad y la justicia del reino. 

Señor, esto nos llamas: 
a ser personas que saben escuchar.
Señor, ser discípulos misioneros
que ponen su atención en las personas,
que se centran en las necesidades del prójimo,
que saben tener paciencia y respeto ante la vida del prójimo. 

Señor, a esto nos llamas:
a la conversión permanente.
Señor, ser discípulos misioneros
que crecen día a día en sobriedad,
en desprendimiento,
en ligereza de equipaje. 

Señor, a esto nos llamas:
al cuidado de la casa común.
Señor, ser discípulos misioneros
custodios de la creación,
cuidadores de la vida,
sembradores de sensibilidad
ante el valor de la vida,
de toda vida.

Señor, a esto nos llamas:
a ser orantes constantemente.
Señor, ser discípulos misioneros
de oración sencilla,
confiada,
perseverante,
contemplativa. 

Señor, a esto nos llamas:
a ser agentes de perdón y de reconciliación.
Señor, ser discípulos misioneros
que sirven con corazón generoso y desinteresado
en este extraño mundo 
que nos toca vivir
marcado por rupturas,
conflictos
y muros 
en las mentes 
y en los corazones.

Señor, a esto nos llamas:
a tener una vida de servicio,
una vida de misericordia,
a tener una vida de humildad,
a tener una vida alegre,
a tener una vida comprometida
ligeros de equipaje,
ligeros de deseos de tener,
ligeros de deseos de mandar,
ligeros de deseos de aparentar.
Amén. Aleluya.
Amén. Aleluya. 


carmeloampelio@gmail.com  


jueves, 10 de octubre de 2024

80.- CICLO B. DOMINGO 28 DEL TIEMPO ORDINARIO. 13.10.2024

 VEN Y SÍGUEME

 

Señor Jesús: seguirte.

Seguirte.

Porque eres el centro de nuestra vida.

Seguirte.

Porque llenas nuestros corazones.

Seguirte.

Porque tienes palabras de vida eterna.

 

Señor, a esto nos llamas:

a salir de la propia comodidad.

Señor, ser discípulos misioneros

del servicio,

de la misericordia,

de la fraternidad.

 

Señor, a esto nos llamas:

a compartir una misericordia profunda con los demás.

Señor, ser discípulos misioneros

de la ternura,

de la cercanía,

de la compasión.

 

Señor, a esto nos llamas:

a irradiar la alegría profunda que nace del evangelio.

Señor, ser discípulos misioneros

de la esperanza,

de la fraternidad,

de la vida cuidada y respetada.

 

Señor, a esto nos llamas:

a ser personas cercanas y conectadas

con las personas más pobres.

Señor, ser discípulos misioneros

entre los caídos en las cunetas,

entre los que andan muy perdidos en las ciudades,

entre los que ven vulnerados sus derechos humanos.

 

Señor, a esto nos llamas:

a la humildad y a la sencillez.

Señor, ser discípulos misioneros

humildes en lo más auténtico de nuestras vidas,

en lo cotidiano de nuestras palabras y acciones,

en lo que de verdad nos importa en la vida:

la santidad y la justicia del reino.

 

Señor, esto nos llamas:

a ser personas que saben escuchar.

Señor, ser discípulos misioneros

que ponen su atención en las personas,

que se centran en las necesidades del prójimo,

que saben tener paciencia y respeto ante la vida del prójimo.

 

Señor, a esto nos llamas:

a la conversión permanente.

Señor, ser discípulos misioneros

que crecen día a día en sobriedad,

en desprendimiento,

en ligereza de equipaje.

 

Señor, a esto nos llamas:

al cuidado de la casa común.

Señor, ser discípulos misioneros

custodios de la creación,

cuidadores de la vida,

sembradores de sensibilidad

ante el valor de la vida,

de toda vida.

 

Señor, a esto nos llamas:

a ser orantes constantemente.

Señor, ser discípulos misioneros

de oración sencilla,

confiada,

perseverante,

contemplativa.

 

Señor, a esto nos llamas:

a ser agentes de perdón y de reconciliación.

Señor, ser discípulos misioneros

que sirven con corazón generoso y desinteresado

en este extraño mundo

que nos toca vivir

marcado por rupturas,

conflictos

y muros

en las mentes

y en los corazones.

 

 

Señor, a esto nos llamas:

a tener una vida de servicio,

una vida de misericordia,

a tener una vida de humildad,

a tener una vida alegre,

a tener una vida comprometida

ligeros de equipaje,

ligeros de deseos de tener,

ligeros de deseos de mandar,

ligeros de deseos de aparentar.

 

Amén. Aleluya.


carmeloampelio@gmail.com


jueves, 3 de octubre de 2024

79.- CICLO B. DOMINGO 27 DEL TIEMPO ORDINARIO. 06.10.2024

COMO NIÑOS

Haznos como niños, Señor
Haznos sinceros, 
que este mundo lleno de artificios
mundo necesita autenticidad.
Haznos vivir sin dobleces,
sin engaños,
sin mentiras intencionadas
por ser más que los demás. 

Haznos como niños, Señor.
Haznos orientados hacia el bien,
que este mundo lleno de trampas
mundo necesita bondad.
Haznos vivir sin mundanidades,
sin vanaglorias
sin fabulaciones egocentradas. 

Haznos como niños, Señor.
Haznos más libres,
más alegres,
más capaces de disfrutar de la vida con poco.
Haznos más sencillos,
que este mundo lleno de brutales mentiras
necesita transparencia
en las relaciones,
en las presencias,
en las intenciones. 

Haznos como niños, Señor.
Haznos confiados en ti,
confiados en tu amor,
confiados en tu poder,
confiados en tu vida. 
Auméntanos la fe,
que el mundo necesita
más confianza en la realidad,
en la bondad de la realidad,
en la bondad de que lo mejor
siempre está por llegar.

Haznos limpios de corazón, Señor.
Haznos capaces de vivir tu presencia fascinante y amorosa.
Haznos mejores seres humanos,
más íntegros,
más unificados,
más obedientes
a tu bondadosa voluntad. 

Haznos puros de intención,
Haznos generosos y desprendidos.
Haznos humildes y transparentes. 
Haznos vivir en la inocencia,
en esa nueva inocencia
de los que caminan en santidad y justicia.
Haz que nos entreguemos sin reservas
a las necesidades reales
de los hombres y mujeres que nos rodean.

Haznos sencillos de corazón
para ser testigos de la alegría de tu presencia,
testigos de la posibilidad real de crecimiento interior,
testigos de que es posible vivir
como hijos e hijas de Dios
y humildes hermanos de todos los seres humanos. 


Amén. Aleluya. 


carmeloampelio@gmail.com


miércoles, 25 de septiembre de 2024

78.- CICLO B. DOMINGO 26 DEL TIEMPO ORDINARIO. 29.09.2024

QUIEN HACE UN MILAGRO EN MI NOMBRE

Señor, tu reino es un reino de vida,
un reino de vida en abundancia.

Hoy te pedimos por todos los que cuidan la vida,
por todos los seres humanos de buena voluntad,
por todos aquellos que son un reflejo de lo mejor de la humanidad,
humanidad que tú, Señor,
alientas,
impulsas
y esperas al final de los tiempos. 

Te pedimos por todos los que hacen milagros cotidianos
en el cuidado de la vida…
en las entrañas de estas ciudades extrañas que padecemos,
en el corazón de las relaciones humanas que, tantas veces, nos cansan,
en las redes de relaciones donde transcurren nuestras vidas humanas. 

Señor, hoy te pedimos que cuides a los que cuidan la vida. 

Señor, te pedimos por todos aquellos 
que son muy conscientes de su responsabilidad ética, 
muy conscientes de las repercusiones de sus acciones en la vida de los que les rodean, 
muy conscientes del valor de la vida en todas sus variadas manifestaciones. 

Señor, hoy te pedimos por los que se asocian para hacer el bien en su vivir cotidiano. 

Señor, te pedimos por todas las personas que viven una empatía profunda con los que les rodean,
por los que viven sembrando paz y concordia en su día a día,
por los que son muy conscientes de que la calidad humana 
empieza por el respeto de las personas que tenemos cerca.

Señor, hoy te pedimos por los que crean redes de confianza y de paz en su diario proceder. 

Señor, te pedimos por todos los que están comprometidos 
con la justicia, 
con la igualdad, 
con la equidad.
Te pedimos por los que forman parte 
de toda clase de asociaciones 
que se implican en la construcción 
de mejores barrios, 
de mejores ciudades, 
de mejores centros de trabajo, 
de mejores hábitats.
Te pedimos por los militantes 
que se entregan a las causas justas 
a favor de los más necesitados de la sociedad, 
a favor de los marginados, 
a favor de los que no cuentan…

Señor, hoy te pedimos por los que se comprometen día a día en la construcción de un mundo más justo.
 
Señor, te pedimos por las personas 
que se reconocen humildes ante el misterio de la vida.
Te pedimos por los que se saben dentro 
de los dinamismos de la vida,
de la comunión, 
de la belleza.
Te pedimos por los sencillos de corazón,
por los bondadosos por naturaleza,
por los mansos en medio de las complicaciones 
de la extrañas ciudades donde nos toca vivir.

Te pedimos, Señor, por todos aquellos seres humanos que tienen entrañas de misericordia
para todos los seres humanos que se cruzan en sus vidas. 
Te pedimos, Señor, por todas las personas serviciales,
por todas las personas generosas,
por todos aquellos que apoyan cuando realmente se necesita. 
Te pedimos por los que cuidan el bien común,
por los que favorecen la seguridad física y emocional de las personas,
por los que se preocupan de que las cosas cotidianas funcionen, mejoren, faciliten la vida. 

Te pedimos, Señor, por tantos y tantos anónimos, 
que hacen de este mundo un lugar mejor,
presencia a presencia,
palabra a palabra,
gesto a gesto. 

Te pedimos, Señor, por los que practican la gratitud ante los demás,
la gratitud ante el misterio de la vida,
ante el fascinante poder de lo real 
que nos impulsa a vivir lo mejor de nuestra humanidad. 
Te pedimos, Señor, por esos seres que saben vivir 
el misterio reverente de la profundidad de la realidad,
que saben captar las dimensiones más bellas de lo que existe,
que saben disfrutar intensamente de los mejor de la intensidad de la vida.

Te pedimos, Señor, por todas las personas íntegras,
por todos los que viven conscientemente los grandes valores universales,
por todos los que nos dan sencilla y humildemente 
razones para vivir,
razones para amar,
razones para confiar en el ser humano,
a pesar de los pesares… 
a pesar de lo demasiado humano de algunos humanos. 

Amen. Aleluya. 

sábado, 21 de septiembre de 2024

77.- CICLO B. DOMINGO 25 DEL TIEMPO ORDINARIO. 22.09.2024

 Servidores de la humanidad

 

Señor, renuévanos en lo más interior de cada uno:

queremos ser tus testigos,

queremos ser tu transparencia,

queremos ser tu presencia amable y real

con nuestra sencillez cotidiana

con nuestro compromiso con el bien común,

con nuestra alegría de vivir conscientemente como familias de hijos de Dios.

 

Señor, transfórmanos en servidores de la fraternidad de tu reino

en medio de la vida cotidiana que vivimos…

en medio de las ciudades donde convivimos,

en medio de nuestras trabajos,

en medio de nuestras familias,

en medio de nuestras parroquias.

Señor, que seamos aún más

servidores de la fraternidad de los hijos de Dios.

 

Señor, renuévanos en nuestro cuidado de los demás.

Que se note en los detalles

de escucha afable,

de cercanía simpática,

de paciencia generosa,

de acogida auténtica.

Señor, que tengamos

tiempo, manos y corazón de misericordia

en la vida diaria que vivimos

en estos tiempos

extraños,

tensos,

desquiciados

que nos tocan vivir.

Señor, que seamos aún más

servidores de la paz que habita en tu corazón.

 

Señor, ilumínanos con tu energía

para que tengamos entrañas de misericordia

ante toda miseria humana,

demasiado humana.

Inspíranos con inteligencia y valentía

el gesto y la palabra oportuna

frente al hermano solo y desamparado

frente al poco cuidado de la vida,

frente a la exclusión y al menosprecio.

Ayúdanos a mostrarnos disponibles

ante quien se siente explotado y deprimido

para que encuentre

estímulos,

presencia

y compañía

para seguir caminando por la vida.

Señor, que nuestros grupos

nuestras parroquias,

nuestras asociaciones

sean ambientes de verdad y de amor,

signos de los tiempos donde

se cuida

se irradia

se está al servicio

de lo mejor de la vida humana,

lo mejor de la libertad,

lo mejor de la justicia

lo mejor de la paz.

Señor, que quien nos vea

encuentre evidencias,

posibilidades

y compañía

para una esperanza realista y alegre.

 

Amén. Aleluya.


carmeloampelio@gmail.com 

sábado, 14 de septiembre de 2024

76.- CICLO B. DOMINGO 24 DEL TIEMPO ORDINARIO. 15.09.2024

 EL NOMBRE SOBRE TODO NOMBRE


El amado por Dios

El amado por los hombres

El arraigado que nos arraiga

El buen pastor sean como sean las ovejas

El cordero de Dios que grita, suda, llora antes de su final

El de cimiento firme

El de la familia de Dios

El enérgico con ternura

El maestro lleno de sabiduría

El manso y humilde de corazón

El que abaja para que los hombres nos alcemos hacia Dios

El que se alegra de que seamos humanos que buscan a Dios

El que asume lo que es humano, demasiado humano

El que destapa nuestra contradicción por nuestros egoísmos

El que es camino de sanación para todos

El que es la persona cabal y nos invita a la mejor autenticidad humana

El que es la vida más allá de cualquier esperanza meramente humana

El que es nuestro yo más profundo, más real, más vital

El que es signo de contradicción frente a toda clase de egoísmos, narcisismos, maldades.

El que no se calla ante la deshumanización de los más débiles

El que nos invita al camino de la vida día a día, palabra a palabra, obra a obra

El que nos saca de nuestras casillas para que crezcamos en fe, esperanza y caridad.

El que pone compañía donde hay desolación

El que pone esperanza más allá de cualquier desolación

El que pone fe, siempre, siempre, siempre

El que pone luz en nuestras cegueras, en nuestras sombras, en nuestras miserias

El que redime al mundo con una misericordia misteriosa e infinita

El que sana lo que hay de oscuro en el alma de cualquier ser humano

El que nos reta para salir de nuestra tendencia a la autocomplacencia

El que se conmueve ante la humanidad doliente

El que se hizo metáfora fascinante y seductora

El que se hizo poesía que toca los corazones de los hombres sensibles a la santidad

El que se hizo puente entre la santidad de las santidades y la humana humanidad

El que siembra paz constantemente

El sufre constantemente el riesgo de la deformación por los idólatras

El valiente que nos llama a la audacia


El nombre sobre todo nombre.


Amen. Aleluya.


carmeloampelio@gmail.com 


miércoles, 4 de septiembre de 2024

75.- CICLO B. DOMINGO 23 DEL TIEMPO ORDINARIO. 08.09.2024

 ÁBRENOS

 

Ábrenos, Señor al crecimiento personal y espiritual:

que no tengamos miedo a los desafíos

que el cuidado de la vida nos pone delante

en estos extraños tiempos que nos tocan vivir.

Ábrenos la mente y el corazón

Ábrenos los horizontes y nuestra capacidad de empatía.

Ábrenos… porque estamos enraizados en ti.

 

Ábrenos, Señor, al camino del Reino y a la mejora constante:

que descubramos día a día,

momento a momento,

lo que de verdad nos importa:

tu presencia, tu compañía, tu salvación…

Tu vida. Tu reino de vida.

Ábrenos el entendimiento y la sensibilidad.

Ábrenos a la novedad y a la compasión con las personas que nos encontramos en la vida.

Ábrenos… porque estamos implantados en ti.

 

Ábrenos, Señor, a la novedad constante

que tu espíritu infunde

en las entrañas de los mejores seres humanos

de la humanidad con la que compartimos historia, dolores y alegría.

Ábrenos constantemente a la voluntad de verdad y al cultivo del bien.

Ábrenos a la receptividad y al deseo sincero de comunión.

Ábrenos… porque estamos enraizados en ti.

 

Ábrenos, Señor, a la exploración y al cultivo

de los nuevos caminos y métodos

que los mejores de la humanidad desarrollan

en su peregrinar como humanos

buscando desplegar los mejores dones que tienen.

Ábrenos a las nuevas navegaciones

que intuimos ya presentes

en tantos y tantos seres humanos

que caminan a nuestro lado.

Ábrenos a la confianza en las energías

de los dinamismos de la humanidad

que cuidan, que construyen, que crean belleza.

Ábrenos… porque estamos implantados en ti.

 

Ábrenos, Señor, a la diversidad, a la inclusión, a la acogida.

Ábrenos a la diversidad que nos enriquece.

Ábrenos a la inclusión que nos hace crecer.

Ábrenos a la acogida en la mesa del Reino.

 

Ábrenos, Señor a tu santidad.

Ábrenos, Señor a tu justicia.

 

Ábrenos, Señor: que seamos aprendices constantes de tu Reino.

Ábrenos, Señor, que seamos audaces sembradores de semillas de tu reino.

 

¡Que se cumpla en nosotros tu voluntad!

 

Amén. Aleluya.



miércoles, 28 de agosto de 2024

74.- CICLO B. DOMINGO 22 DEL TIEMPO ORDINARIO. 01.09.2024

LÍBRANOS

Líbranos, Señor, de la avidez constante que nos impide vivir centrados en el Reino.
Haznos austeros, ligeros, sobrios…
Haznos testigos de la simplicidad evangélica.

Líbranos, Señor, de nuestras obsesiones, de nuestros prejuicios, de nuestros sesgos.
Haznos puros de corazón, puros de mirada y de intención…
Haznos testigos de la verdad de tu evangelio, de tu verdad.

Líbranos, Señor, de la idolatría de la seguridad.
Haznos personas que se dejan sorprender por la realidad, tan rica, tan fascinante, tan novedosa…
Haznos testigos de los signos de tu Reino que avanza en todos los niveles de la realidad.

Líbranos, Señor, de creer que por opinar llevamos razón.
Haznos abiertos de mente, sabios discretos que saben captar lo mejor de cada persona…
Haznos testigos de la vida nueva que se expande en la historia de la humanidad.

Líbranos, Señor, de querer controlar lo que pasa a nuestro alrededor.
Haznos abiertos a la cooperación, buenos compañero de equipo, servidores de lo que necesiten los demás…
Haznos testigos de la honda vinculación espiritual de todos los seres humanos.

Líbranos, Señor, de creernos mejores que los demás.
Haznos personas que se conocen realmente bien y con honestidad.
Haznos testigos de la fragilidad humana sanada, redimida, reforzada por tu presencia constante en lo más interior de cada ser humano.

Líbranos, Señor, de juzgar lo que vemos a nuestro alrededor.
Haznos empáticos, misericordiosos, compasivos.
Haznos testigos de la gran experiencia de que quien anda en amor ni cansa ni se cansa.

Líbranos, Señor, del ansia de poder.
Haznos humildes de verdad, sembradores de confianza, defensores de la igualdad de todos los seres humanos.
Haznos testigos de la nueva humanidad inaugurada con tu poder santo.

Líbranos, Señor, del perfeccionismo.
Haznos artesanos de la vida y de las relaciones diarias con los demás. 
Haznos testigos del poder de santidad de lo sencillo, de lo cotidiano, de lo pequeño.

Líbranos, Señor, de la tendencia a la posesividad de las personas a las que decimos amar.
Haznos amigos, compañeros, hermanos. 
Haznos testigos del nuevo amor inteligente y libre que siembra semillas de tu Reino. 

Líbranos, Señor, de creernos más listos de lo que de verdad somos.
Haznos personas con mente de principiante, mente de aprendiz constante, mente de explorador en busca nuevas y mejores formas de decir y de vivir la verdad, tu verdad.
Haznos testigos de la gran posibilidad de conversión que todos tenemos al acercarnos a tu amor, a tu amor sobre todo amor.

Líbranos, Señor, de manipular a los demás.
Haznos sencillos, transparentes, bondadosos.
Haznos testigos de que todos somos capaces de pureza de corazón en la vida que vivimos. 

Líbranos, Señor, de las críticas demoledoras.
Haznos creativos en el bien, cuidadores del buen ambiente a todos los niveles, creadores de confianza cotidiana.
Haznos testigos de que son posibles nuevas relaciones, nuevas instituciones sociales, nuevas sociedades y culturas donde los seres humamos podamos vivir con seguridad y en paz.

Líbranos, Señor, de los sentimientos de recelo, de resentimiento o de venganza.
Haznos seres humanos que saben perdonar de verdad, que saben dar nuevas oportunidades, que saben que el perdón libera y nos ayuda a crecer como seres humanos.
Haznos testigos del amor de Dios que es más hondo, más fuerte y más intenso que cualquier sombra humana.

Líbranos, Señor, de nuestras manías, de nuestras cegueras, de nuestras distorsiones.
Haznos gentes de limpia mirada, de limpia intención, de limpia presencia.
Haznos testigos de la nueva inocencia que irradia calidad de vida humanizada y humanizante.

Líbranos, Señor, del pesimismo.
Haznos personas de esperanza, de optimismo, de luz a pesar de los pesares.
Haznos testigos del poder de tu presencia que anuncia que lo mejor está por llegar. 

Líbranos, Señor, de los miedos irracionales.
Haznos personas sensatas, realistas, seguras de sí mismas como seres de fe, de bondad  y de inteligencia.
Haznos testigos de la fascinante y misteriosa verdad que se enraíza en ti de que todo tiene un propósito de amor. 

Líbranos, Señor, de nuestros arrebatos de ira.
Haznos mansos, pacíficos, pacientes.
Haznos testigos de que todos y cada uno de los seres humanos podemos superar lo dañino con la elevación hacia el bien.

Líbranos, Señor, de nuestras tristezas sin fundamento.
Haznos seres que se dejan purificar, se dejan mejorar, se dejan cuidar.
Haznos testigos de que nuestra debilidad tu amor y tu presencia nos hacen fuertes.

Líbranos, Señor, de nuestra constante necesidad de aprobación ajena.
Haznos seres muy conscientes que somos capaces de vivir sin que nada ni nadie pueda alterar la paz de corazón.
Haznos testigos de que sólo con tu mirada amorosa nos basta para caminar con seguridad en la vida.

Líbranos, Señor, de no creer que todo tiene un sentido de amor desde la sensibilidad de tu Reino. 
Líbranos, Señor, de creer que el azar juega en nuestra contra.
Líbranos, Señor, de no creer que estamos llamados y capacitados para la comunión.
Líbranos, Señor, de creer que somos seres solitarios y arrojados en la realidad.
Líbranos, Señor, de no creer que la verdad enraizada en ti nos hace libres.
Líbranos, Señor, de creer que somos muy autosuficientes a la hora de vivir.
Líbranos, Señor, de nuestras necedades.
Líbranos, Señor, de nuestras ingratitudes.
Líbranos, Señor, de nuestro egocentrismo.

Haznos, Señor, hombres y mujeres que irradian confianza en la vida.
Haznos, Señor, hombres y mujeres de fe honda, auténtica, humanizante.
Haznos, Señor, hombres y mujeres que irradian esperanza en la vida
Haznos, Señor, hombres y mujeres de alegría vibrante, entusiasmada, serena.
Haznos, Señor, hombres y mujeres que irradian amor a la vida.
Haznos, Señor, Señor, hombres y mujeres que cuidan la vida, toda la vida, en todo lugar.
Haznos Señor, hombres y mujeres de santidad y justicia
al servicio de la humanidad allí donde nos encontremos. 

Amén. Aleluya.


martes, 20 de agosto de 2024

73.- CICLO B. DOMINGO 21 DEL TIEMPO ORDINARIO. 25.08.2024

 

Tú, Presencia como el aceite en una comida sabrosa.

Tú, Presencia como el agua que calma la sed de nuestro corazón.

Tú, Presencia como el alimento inacabable.

Tú, Presencia como el amor sobre todo amor.

Tú, Presencia como el ancla en nuestras tormentas.

Tú, Presencia como el artesano de lo mejor que nos puede pasar.

Tú, Presencia como el bálsamo suave para nuestras heridas.

Tú, Presencia como el brío de toda maduración de las mejores capacidades humanas.

Tú, Presencia como el desencadenante de todos los deseos de cuidar la vida, toda vida, en todo lugar.

Tú, Presencia como el destello que nos hace comprender lo importante de la realidad.

Tú, Presencia como el fermento en nuestra masa.

Tú, Presencia como el fuego que arde en el corazón de todo ser humano.

Tú, Presencia como el fulgor en nuestro más íntimo interior.

Tú, Presencia como el fundamento ante la dureza de la vida.

Tú, Presencia como el horizonte de confianza.

Tú, Presencia como el hoy de Dios.

Tú, Presencia como el impulso de toda buena acción.

Tú, Presencia como el misterio insondable de nuestra contemplación.

Tú, Presencia como el olor del pan recién hecho en casa.

Tú, Presencia como el perdón sobre todo perdón.

Tú, Presencia como el poder de lo real

Tú, Presencia como el que limpia nuestro corazón.

Tú, Presencia como el que nos cuida por amor, por amar.

Tú, Presencia como el que nos enseña a mirar con Dios mira a los seres humanos.

Tú, Presencia como el rocío en los feraces campos de cultivo.

Tú, Presencia como el sabor de la comida de nuestra infancia.

Tú, Presencia como el viento de las marismas.

Tú, Presencia como el vigor de todas las energías del universo.

Tú, Presencia como la brisa del atardecer que nos llena de esperanza.

Tú, Presencia como la caricia de una madre.

Tú, Presencia como la chispa de lo divino en toda experiencia de la belleza.

Tú, Presencia como la clave de la paz en la convivencia humana.

Tú, Presencia como la compañía infalible en nuestra humanidad.

Tú, Presencia como la esencia de la armonía de la comunión de mentes y corazones.

Tú, Presencia como la estrella polar en nuestros desiertos.

Tú, Presencia como la fuente de toda la belleza de la vida.

Tú, Presencia como la fuerza de nuestros compromisos.

Tú, Presencia como la garantía de todo bien.

Tú, Presencia como la gracia de toda la gracia.

Tú, Presencia como la intuición que hace visible lo mejor de la humanidad.

Tú, Presencia como la luz del amanecer para las aves del campo.

Tú, Presencia como la palabra de aliento permanente.

Tú, Presencia como la raíz de lo mejor de cada uno.

Tú, Presencia como la sal de nuestra vida cotidiana.

Tú, Presencia como la salvación más allá de cualquier intuición humana.

Tú, Presencia como la savia en los árboles de toda especie.

Tú, Presencia como la serenidad en nuestros desconciertos.

Tú, Presencia como la sonoridad de los silencios creyentes.

Tú, Presencia como la ternura frente a la amargura de la existencia.

Tú, Presencia como la vitalidad de toda vida.

Tú, Presencia como las semillas de vida frente al nihilismo.

Tú, Presencia como lo más humano de nuestra humanidad.

Tú, Presencia como lo más real de la realidad.

Tú, Presencia como solo sabe estar Dios entre los hombres.

Tú, Presencia donde estamos implantados.

Tú, Presencia donde somos, nos movemos y existimos.


carmeloampelio@gmail.com 

 

miércoles, 14 de agosto de 2024

72.- CICLO B. DOMINGO 20 DEL TIEMPO ORDINARIO. 18.08.2024


 

PALABRAS DE VIDA ETERNA

 

 

Entre nuestros naufragios biográficos,

Tú, la Palabra de la vida eterna.

Aunque, aún, muchas veces sea de noche y tengamos frío.

 

Ante la disolución en el nihilismo,

Tú, la Palabra que fundamenta y da esperanza.

Aunque, aún, muchas veces pareciera que vivamos desvertebrados.

 

Entre las nieblas heladas de la soledad,

Tú, la Palabra de la comunión de vida.

Aunque, aún, muchas veces nos sintamos solos, muy solos.

 

Ante el absurdo que endurece la mirada,

Tú, la Palabra luz de luz.

Aunque, aún, muchas veces las palabras de los que nos decimos creyentes nos desconcierten.

 

Entre tanto miedos de cuerpo y alma,

Tú, la Palabra que acoge con infinita ternura.

Aunque, aún, muchas veces nos sintamos perdidos en el desconcierto ruidoso que vivimos.

 

Ante la irracionalidad que busca manipularnos,

Tú, la Palabra que nos indica el camino de la cordura y las certezas.

Aunque, aún, muchas veces nos dominen los diablos de las incoherencias.

 

Entre las soledades del fracaso vital,

Tú, la Palabra de la presencia que salva al final de los finales.

Aunque, aún, muchas veces nos sentimos especialmente vulnerables.

 

Ante el endurecimiento del alma,

Tú, la Palabra que nos anuncia la ternura sin fin.

Aunque, aún, muchas veces no sabemos ni amar ni dejarnos amar.

 

Entre tanto y tanto ruidos de malogrados,

Tú, la Palabra que nos rescata de este áspero mundo.

Aunque, aún, muchas veces nos duele demasiado vivir los tiempos que nos tocan.

 

Ante tanta insensibilidad,

Tú, la Palabra que es el amor primero y último.

Aunque, aún, muchas veces apartamos la mirada ante las necesidades de los que tenemos cerca.

 

Entre la selva de narcisismos,

Tú, la Palabra que nos enraíza en la autenticidad.

Aunque, aún, muchas veces nos disfrazamos en el circo de las vanidades que nos circunda.

 

Ante tanto sinsentido,

Tú, la Palabra que nos indica el norte.

 

Entre el cansancio cotidiano,

Tú, la Palabra que nos descansa.

 

Ante las patrañas omnipresentes,

Tú, la Palabra que nos reviste de verdad.

 

Entre las quiebras del lenguaje,

Tú, la Palabra auténtica.

 

Entre la aceleración desquiciada,

Tú, la Palabra que nos centra en lo esencial,

 

Entre tanta avidez insaciable,

Tú, la Palabra que nos alimenta para siempre.

 

Entre el caos de la afectividad,

Tú, la Palabra que nos ama tal cual somos.

 

Ante tantas paparruchas,

ante tanta relación tóxica,

ante tanta mentira rampante,

ante tanta ambición sin escrúpulos,

ante tanto “sálvese quien pueda”,

ante tanta codicia normalizada,

ante tanta falsificación,

ante tanta injusticia…

 

Tú, Señor Jesús,

la Palabra que nos acompaña,

la Palabra que nos orienta,

la Palabra que nos humaniza,

la Palabra que nos diviniza.

 

Amén. Aleluya.

 

 

carmeloampelio@gmail.com