miércoles, 8 de mayo de 2024

58.- CICLO B. DOMINGO DE PASCUA 7. ASCENSIÓN. 5.05.2024

PROCLAMAD EL EVANGELIO

Señor, irradiar amor.
Humilde y sinceramente.
Irradiar amor que tanta falta hace
en estos tiempos de soledad,
de recelos,
de tanta herida emocional
con tanta dificultad para ser curada.
Señor, irradiar amor.
Irradiar compañía.
Irradiar capacidad de acogida.
Irradiar escucha entrañable.

Señor, irradiar fe.
Con autenticidad y con valentía.
Irradiar fe en la capacidad de amar del ser humano,
capacidad inserta en ti,
en tu poder,
en tu presencia, en tu amor. 
Señor, irradiar fe.
Irradiar la convicción de que ya ha empezado la salvación.
Irradiar la certeza de que tu amor nunca nos dejará solos. 
Irradiar la seguridad de que tus palabras son palabras de vida eterna.

Señor, irradiar esperanza.
Con inteligencia y con abnegación.
Irradiar esperanza de que ningún gesto de amor y de fe será en vano,
irradiar esperanza en que llevarás razón definitivamente,
misteriosamente,
amorosamente. 
Señor, irradiar esperanza que nos haga sonreír ante la vida,
pase lo que pase,
nos pase lo que nos pase.
Señor, irradiar la serenidad del silencio orante,
irradiar la capacidad de poder estar en tu presencia,
irradiar la sensibilidad religiosa que nos hace crecer
en santidad,
en profecía,
en comunión. 

Señor, irradiar la sensibilidad religiosa
que nos enriquece en las mejores cualidades humanas,
que nos eleva de los lodos del egocentrismo,
que nos transfigura en seres que mejoran el mundo por donde pasan.
Señor, irradiar perdón.
Irradiar perdón que libera,
perdón que regenera,
perdón que nos reconcilia
con lo mejor del ser humano:
la capacidad de comunión,
la capacidad de cuidar la vida,
la capacidad de ser instrumentos del reino de Dios.

Señor, irradiar perdón
como tú nos perdonas…
tantas y tantas veces somos
como la adúltera,
como el ciego,
como el hijo pródigo.
Señor, irradiar misericordia,
tu misericordia inagotable
que atraviesa los siglos, 
que nos restaura en nuestras fragilidades
que nos reconforta en nuestros peores momentos.

Señor, irradiar hambre y sed de justicia.
Irradiar esa indignación ética,
esa indignación profética,
esa indignación que surge de las entrañas profundamente humanas
golpeadas por el daño evitable
que algunos seres humanos nos provocamos unos a otros. 
Señor, irradiar la pasión por el reino,
la pasión por tu deseo de que todos tengan vida y vida en abundancia,
la pasión por los más vulnerables y vulnerados de la tierra.
Señor, irradiarte.
Señor, hacerte presente.
Señor, santificar el mundo.


Amén.
Aleluya.
Aleluya.
Aleluya.

miércoles, 1 de mayo de 2024

57.- CICLO B. DOMINGO DE PASCUA 6. 5.05.2024


PERMANECED EN MI AMOR

Señor Jesús, tu amor, lo primero.
No nos perderemos entre tanto ruido.
En el silencio consciente, nos orientas con fidelidad.

Señor Jesús, amor incondicional.
No nos acabaremos y ya está.
En el silencio contemplativo, intuimos la vida en plenitud que nos ofreces.

Señor Jesús, emerges en lo mejor de nosotros. 
No zozobraremos en las adversidades.
En el silencio consciente, sabemos de tu fuerza misteriosa y fascinante.

Señor Jesús, misterio del amor sobre todo amor.
No nos sentiremos fracasados nunca.
En el silencio contemplativo, nos sentimos impulsados por tu santa plenitud.

Señor Jesús, nos das la fuerza para amar a los demás.
No huiremos de nosotros mismos.
En el silencio consciente, enraizamos en ti nuestra identidad respiración a respiración.

Señor Jesús, no nos sentiremos vacíos nunca
porque permanecemos en ti
en la contemplación de lo que vivimos día a día. 

Señor Jesús, no nos sentiremos náufragos en ningún momento
porque nos mantenemos en ti
en el reconocimiento de tu presencia en lo que vivimos como creyentes
que siguen aprendiendo a ser creyentes.

Señor Jesús, no nos sentiremos nunca desconcertados
porque nos alimentamos de ti
al aceptar tu misericordia en lo que vivimos en estos extraños tiempos.

Señor Jesús, no nos sentiremos defraudados por los golpes de la vida
porque nos orientas tú
al escuchar tus palabras de vida eterna que atraviesan toda la realidad.

Señor Jesús, no nos sentiremos estafados por lo que nos pasa
porque tú eres nuestro refugio
al tomar conciencia de tu poder de salvación para toda la humanidad.

Señor Jesús, más allá de la moral,
nos amas con tu amor sobre todo amor.

Señor Jesús, más allá de toda legislación,
nos regalas infinitas posibilidades de nacer y renacer de nuevo.

Señor Jesús, más allá de toda doctrina
eres la verdad de cualquier certeza que lleguemos a vislumbrar.

Señor Jesús, más allá de toda etiqueta
eres quien hace que seamos hermanos unos de otros. 

Señor Jesús, más allá de cualquier ritual,
Tú, presente, 
en nuestro silencio íntimo,
contemplativo,
sosiegas,
colmas,
sanas
nuestras heridas
de soledad,
de amor,
de avidez aciaga.

Señor Jesús, formas parte de nuestra existencia.
Señor Jesús, tendemos a la comunión contigo.
Señor Jesús, nos impeles a horizontes inimaginables.
Señor Jesús, nos abres a experiencias inagotables.
Señor Jesús, nos cuidas como nadie nos puede cuidar.

Señor Jesús, nos fundamentas.
Señor Jesús, nos posibilitas.
Señor Jesús, nos inspiras.
Señor Jesús, nos impulsas. 
Señor Jesús, nos das lo que pides.

Señor Jesús, don sobre todo don
Señor Jesús, misterio de amor
Señor Jesús, 
en nuestros deseos,
en nuestras palabras,
en nuestras manos.

Señor Jesús, presencia que recrea.
Señor Jesús, presencia que enamora.
Señor Jesús, presencia que vivifica.

Señor Jesús, el resucitado.

Aleluya.
Aleluya.
Aleluya.


viernes, 26 de abril de 2024

56.- CICLO B. DOMINGO DE PASCUA 5. 28.04.2024

 … VOSOTROS, LOS SARMIENTOS

Señor, que seamos de verdad 
tus sarmientos,
sarmientos del Reino,
sarmientos del Espíritu,
sarmientos de santidad
profundamente humana.
… profundamente humana,
como tú, Señor,
como tú. 

Que seamos la alegría de la vida 
de quienes nos rodean.
Que seamos vino de alta calidad 
para la fraternidad diaria.
Que seamos síntoma de esperanza auténtica y fecunda
ante tanta y tanta frustración cotidiana,
ante tanta y tanta mala leche cotidiana,
ante tanta y tanta paparrucha cotidiana.

Que estemos presentes con misericordia 
frente a las personas que tenemos delante.
Que estemos disponibles 
para la escucha, la acogida y el abrazo fraterno.
Que estemos abiertos a lo mejor de los demás,
lo mejor de los demás siempre presente,
lo mejor de los demás siempre sorprendente,
lo mejor de los demás siempre enriquecedor.

Que abramos nuestra sensibilidad 
a la profunda comunión 
en la que estamos insertos todos los vivientes.
Que abramos nuestros ojos 
a la bondad que habita 
en lo mejor de cada ser humano cercano.
Que abramos nuestros bolsillos
a las necesidades reales 
de los necesitados de nuestras ciudades.

Que cuidemos nuestras palabras 
para que hagan crecer en humanidad 
los ambientes donde estemos.
Que cuidemos la amabilidad 
hacia nosotros mismos 
y hacia los demás 
constantemente.
Que cuidemos nuestro compromiso activo
por la paz,
la solidaridad
y la fraternidad humana.

Que seamos presencias de amor incondicional,
a pesar de nuestras limitaciones.
Que seamos presencias que promueven la paz y la justicia,
a pesar de nuestras inconsistencias.
Que seamos presencias que avivemos sin descanso la alegría de vivir,
a pesar de las sombras de nuestra biografía.

Señor, que seamos comprensión más allá de las palabras.
Señor, que seamos sonrisa auténtica y serena.
Seño,  que seamos ejemplo de gratuidad
porque hemos purificado de verdad
nuestra mente,
nuestro corazón,
nuestra fe. 

Amén.

Aleluya,
Aleluya.
Aleluya. 

miércoles, 17 de abril de 2024

55.- CICLO B. DOMINGO DE PASCUA 4. 21.04.2024

Señor Jesús, muchas veces parece que huimos de nosotros mismos.
Huimos de nuestros miedos.
Pero nos habitan dentro, como sombras ásperas.
Y sentimos que nunca nos abandonarán. 
¡Sálvanos, sálvanos, Señor!
¡Danos una nueva inocencia!

Señor Jesús, tantas veces parece que somos como fugitivos sedientos, desorientados, temerosos. 
Vivimos temerosos, como perros perdidos sin collar entre las insidias de la gran ciudad.
Renegamos, escépticos, de los dones que la vida nos regala día a día.
¡Sálvanos, sálvanos, Señor!
¡Danos luz para vivir lo mejor de la vida!

Señor Jesús, nos sentimos tantas y tantas veces tensionados, fatigados, muy cansados.
Nos rodean tantas mentiras, tantas imposturas, tantas patrañas.
Nos agitamos como bolsas de plástico en el vendaval de paparruchas de lo cotidiano. 
¡Sálvanos, sálvanos, Señor!
¡Que cuidemos, humildemente, la verdad y el bien de las personas!

Señor Jesús,
que descubramos 
tus ángeles de paz,
tus ángeles de comunión,
tus ángeles de serenidad
que nos orienten aún más en la vida
para acercarnos a ti,
para estar en comunión contigo,
para unirnos a ti. 

Señor Jesús,
que nos descentremos más para enfocarnos en lo que de verdad importa:
la dignidad de todos los seres humanos.
Señor Jesús, 
que nos entreguemos más a lo que de verdad importa:
la santidad y la justicia del Reino de Dios.
Señor Jesús, que nos silenciemos más para escuchar con el corazón las palabras esenciales:
¡Paz a vosotros!
¡No tengáis miedo!
¡Sois hijos de Dios!

Señor Jesús,
el resucitado,
ningún otro nos puede salvar.

Amén.
Aleluya.
Aleluya.
Aleluya.

jueves, 11 de abril de 2024

54.- CICLO B. DOMINGO DE PASCUA 3. 14.04.2024

¿POR QUÉ SURGEN DUDAS EN VUESTRO INTERIOR?

 

¿Dónde encontrar caminos de sabiduría?

En ti, Señor Jesús, en ti.

 

¿Cómo no tener miedo?

Contigo, Señor, contigo.

 

¿Cómo vivir sin ansiedades?

Junto a ti, Señor. Junto a ti.

 

¿Cómo salir de nuestras comodidades?

Enamorándonos de ti, Señor.

Enamorándonos de ti.

 

¿Cómo sembrar humanidad?

Estando en comunión contigo, Señor,

Estando en comunión contigo.

 

¿Cómo crecer espiritualmente?

Aligerándonos de lo que nos separa de ti, Señor,

aligerando nuestra vida.

 

¿Cómo amar más como tú amaste, Señor?

Mirándote para tener tu mirada, Señor.

Para tener tu mirada.

 

¿Cómo crecer en la fe en ti, Señor?

Vaciándonos de nuestras paparruchas, Señor.

Vaciándonos de nuestras insensateces.

 

¿Cómo ser seres de esperanza entusiasmada, Señor?

Entregándonos a tu amor, Señor.

Entregándonos a tu amor.

 

¿Cómo rezar más, Señor?

Silenciándonos en quietud, Señor.

Aquietándonos más y más.

 

¿Cómo perdonar entre tanta y tanta ofuscación, Señor?

Mirando como tú mirabas, Señor.

Mirando con misericordia.

 

¿Cómo fomentar la justicia, Señor?

Defendiendo a los más vulnerables.

Como tú lo hiciste, Señor,

como tú lo hiciste.

 

¿Cómo pacificar nuestros corazones, Señor?

Buscando la santidad momento a momento,

como tú lo hiciste, Señor,

como tú nos enseñaste.

Señor Jesús, el Resucitado:

infundes siglo tras siglo

el Espíritu Santo

en nosotros,

en la Iglesia,

en el mundo,

en el cosmos…

 

Señor Jesús,

¡Libéranos,

apóyanos,

acreciéntanos

en lo mejor de nuestra humanidad

para seguirte y proseguir

tu obra de humanización,

de liberación,

de santificación!

 

Aleluya.

Aleluya.

Aleluya.

 

carmeloampelio@gmail.com

jueves, 4 de abril de 2024

53.- CICLO B. DOMINGO DE PASCUA 2. 07.04.2024


QUISERA SER UN ÁNGEL DE PAZ.

 

Señor Jesús, el Resucitado:

quisiera ser un ángel de paz

e irradiar paz, tu paz,

allá por donde pase.

Creo en Ti, Señor mío y Dios mío.

¡Cristo, paz del mundo,

envíanos Tu Espíritu de Paz!

 

Señor Jesús, el Resucitado,

quisiera ser un ángel de sabiduría

de tu sabiduría,

con mis palabras,

con mis obras,

con mi presencia.

Creo en Ti, Señor mío y Dios mío.

¡Cristo Jesús, sabiduría del cosmos,

envíanos Tu Espíritu de Sabiduría!

 

Señor Jesús, el Resucitado,

quisiera ser un ángel de fortaleza,

de tu fortaleza,

con mi trabajo,

con mis compañías,

con mis permanencias

en las dificultades en estos tiempos tan extraños.

Creo en Ti, fortaleza de los frágiles.

¡Cristo Jesús, fortaleza de los que saben sufrir,

envía Tu Espíritu de Fortaleza!

 

Señor Jesús, el Resucitado,

quisiera ser un ángel de silencio…

un silencio radicalmente compasivo,

un silencio radicalmente confiado,

un silencio radicalmente enraizado en la santidad,

en tu santidad, Cristo Jesús, Santo de los Santos

Creo en Ti, fascinante santidad en la vida

de los que se acercan a Ti.

¡Envíanos Tu Espíritu de Silencio Santo!

 

Señor Jesús, el Resucitado,

quisiera ser un ángel de justicia,

de tu justicia,

de la justicia del Reino

de la justicia que sana los corazones,

que consuela a los tristes.

que ayuda a quien lo necesita.

Creo en Ti, el justo entre los justos.

¡Envíanos Tu Espíritu de Justicia!

 

 

Amén.

 

Aleluya.

Aleluya.

Aleluya.

 

 

carmeloampelio@gmail.com

 


miércoles, 27 de marzo de 2024

52.- CICLO B. DOMINGO DE RESURRECIÓN. 31.03.2024

 

O VIVOS O RESUCITADOS.

 

Señor Jesús, el resucitado,

presente en todo vértigo humano,

presente en todo anonadamiento humano,

presente en todo abismo humano.

La mala muerte de tu mala muerte es penúltima.

Porque penúltima es cualquier experiencia de deshumanización

en lo abyecto de la historia de la humanidad.

 

Señor Jesús, el resucitado,

misterio último de las entrañas

de todos y cada uno de los seres humanos:

ante ti,

por ti,

en ti:

o vivos o resucitados.

 

Señor Jesús, el resucitado,

asombro de vitalidad,

asombro de cuidado,

asombro de amor

que impele las fuerzas inagotables

de la materia,

de la vida,

de la historia.

 

Señor Jesús, el resucitado,

susurro de santa sabiduría:

ante ti,

por ti,

en ti:

o vivos o resucitados.

 

Señor Jesús, el resucitado.

quiebras definitivamente

los goznes de los ególatras,

las falsedades de los soberbios,

las idolatrías de los poderosos de la historia.

No hay oración de corazón humilde que no escuches.

No hay adoración con pureza de intención a la que no te vincules.

No hay sufrimiento humano que no acojas,

y, en su momento,

en su tiempo,

a tu manera,

lo sanes,

lo integres,

lo bendigas

en tu misterio de amor,

en tu misterio de santidad,

en tu misterio de comunión.

Señor Jesús, el resucitado,

vibración infinita de santidad,

ante ti,

por ti,

en ti:

o vivos o resucitados.

 

Señor Jesús, el Resucitado.

Sacias la sed de los corazones solitarios.

Alientas la vida permanente.

Eres el fulgor de los seres humanos excepcionales.

Atraviesas lo mejor y lo peor de los seres humanos.

Habitas en toda miseria y en toda grandeza humana.

Palpitas en la intimidad más íntima de cada ser humano.

 

Señor Jesús, el Resucitado,

ante Ti, hombres y mujeres

de estos tiempos tan extraños,

en comunión anhelante

proclamamos

nuestra fe,

nuestra esperanza,

nuestra alegría

al sentirnos vivos

en tu Vida,

al sentirnos

hermanos contigo,

ante Ti,

por Ti.

Al sentirnos

creyentes,

como tantos y tantos Hijos de la Luz

a lo largo de la fascinante Historia de la Salvación

que recorre, evidente y sumergida,

la Historia doliente y clarividente de la Humanidad.

 

Señor Jesús, el Resucitado,

aunque la culpa, el sufrimiento, el aislamiento

aún nos corroen y arañan nuestras pupilas,

aunque la maldad arrugue obscenamente

los pliegues de los rostros y las biografías

de tantos y tantos empobrecidos de la historia,

aunque desesperemos, tan humanos,

de nuestras mejores capacidades

en estos tiempos caóticos de inseguridades y miedos,

aunque haya tantos noes sádicos a la dignidad humana,

hoy, una vez más,

Domingo de Resurrección,

Domingo de los domingos,

Domingo de la Santidad…

llenos de pasmo, de alegría, de gozo,

enraizados misericordiosamente en ti,

proclamamos, con los mejores de la humanidad,

que somos uno en el amor,

que somo uno en la vida,

que somos uno contigo,

Dios de Dios, Luz de Luz,

Tú, Cristo Jesús, el Resucitado,

el Santo de los Santos,

la primera y la última palabra

de lo más auténtico de la realidad.

 

 

Amén.

 

Aleluya.

Aleluya.

Aleluya.

 

 

 

carmeloampelio@gmail.com

jueves, 21 de marzo de 2024

51.- CICLO B. DOMINGO DE RAMOS. 24.03.2024

 

 

SEÑOR JESÚS, LEO Y RELEO TU ENTRADA EN JERUSALÉN.

 

[Me acosan las preguntas ante este fragmento del tapiz de la condición humana

que es la entrada de Jesucristo en Jerusalén.]

 

¿Cuándo y cómo terminará mi peregrinación?

¿Por qué peregrino?

¿Hacia dónde peregrino?

¿Con quién peregrino?

¿Peregrino, peregrinamos, realmente hacia Ti, Señor?

A veces me siento como un náufrago cuando anochece.

Pero sé que tú, Señor, nos enseñas a fracasar:

tu fe fundamenta nuestra fe,

tu fe nos enseña a peregrinar.

tu fe nos enseña a caminar casi a ciegas.

 

¿Cómo sé si he hecho lo que debía hacer en este mundo?

¿Cómo sé el encargo que me has hecho, Señor?

¿Junto con quién colaboro en siembra de tu Reino?

¿Siembro de verdad tu Reino?

Ni quiero ni puedo contar mis cotidianas chapuzas, Señor.

Pero sé que amas sin condiciones,

con esa mirada tuya que no se ha vuelto a dar

en la historia de la humanidad:

la mirada del padre del hijo pródigo,

la mirada a Zaqueo,

la mirada a Lázaro.

 

¿Tu encargo son mis sueños, nuestros sueños?

¿Tus sueños son mi encargo, nuestro encargo?

¿Cómo ser veraz contigo, Señor?

¿Cómo ser veraz conmigo, Señor?

Ante Ti, lo mejor callarme,

como la adúltera del evangelio.

Sé que me alzas,

misteriosamente,

fraternalmente,

con esa ternura que salva al mundo,

ahora y por siempre.

 

¿Cuándo será el trayecto final de mi vida?

… me da miedo esta pregunta.

¿Cómo superar el miedo al final de mi vida,

 de mi biografía,

de mi existir…

¿Cómo será mi cesación?

¿Sufriré?

¿…cuánta soledad tendré?

Temor.

Temblor.

Íntima congoja en las entrañas de mis entrañas.

¿Acaso me/nos espera una aciaga niebla helada?

¡Auméntame la confianza, Señor!

¡Auméntame la aceptación, Señor!

¡Auméntame la fe, Señor!

 

¿Estoy camino del Reino de la Vida?

¿Realmente no sé si cuido la vida cotidiana

entre tanto y tanto desquiciamiento

en el que vivo, en el que vivimos?

Ando como un animal herido,

clamando…

Sé que tú sanas,

das consistencia,

generas esa confianza

maternal,

inagotable

santa.

 

¿Qué reino estoy ayudando a construir, Señor?

¿Llegaré a ser realmente yo mismo

muriendo a lo que he sido en la vida?

¿Cómo morir a mí mismo, Señor?

¿Qué quedará de mí contigo, Señor?

Me siento como un collage amorfo,

desvertebrado,

casi sin identidad propia.

Sé que tu eres el fundamento

de lo que me ha pasado,

de lo que me pasa,

de lo que me pase.

… Por ti, sé que, siempre,

lo mejor está por venir,

amor sobre todo amor.

 

¿Moriré y alcanzaré mi verdadera verdad?

¿Qué vitalidad tendrá esa verdad contigo, Señor?

¿Cómo ampliar la mirada a mi vida…

para que de verdad sea una mirada fe?

¿Cómo ensanchar mi horizonte…

para que de verdad viva en la esperanza que consuela

y fundamenta la alegría de vivir?

A veces me siento cercano a un insecto.

Pero tú ofreces vida en abundancia,

fascinante y misteriosamente,

en una alfaguara impensable.

 

¿Acepto ser simplemente un humilde servidor

de tus designios de amor?

 

¿Realmente mi camino hacia la muerte

es una fiesta

por Ti,

en Ti,

hacia Ti?


carmeloampelio@gmail.com


jueves, 14 de marzo de 2024

50.- CICLO B. CUARESMA 5. 17.03.2024


 

EL QUE QUIERA SERVIRME, QUE ME SIGA

 

 

Señor, quiero seguirte.

Vivo en un laberinto de espejos distorsionados.

¡Dame la sabiduría de tu luz!

 

Señor, queremos seguirte.

Rebosamos contradicciones muy humanas.

¡Danos la lucidez de tu luz!

 

Señor, quiero seguirte.

Vivo desconcertado en este imperio de la sandez.

¡Dame la ciencia de tu luz!

 

Señor, queremos seguirte.

Estamos cansados.

Estamos hartos.

Estamos indignados.

¡Danos la fortaleza de tu luz!

 

Señor, quiero seguirte.

Mis heridas y las heridas del mundo

parece que se amplían.

¡Dame la salud de tu luz!

 

Señor, queremos seguirte.

Coloca nuestra inteligencia de la realidad

en su verdadero sitio:

la contemplación de la presencia de la santidad.

¡Danos la valentía de tu luz!

 

Señor Jesús, quiero seguirte.

Coloca mi corazón en su verdadero sitio:

el emisor y el receptor de lo que de verdad importa

en la vida:

la comunión,

la santidad,

la paz.

 

Señor Jesús, queremos seguirte.

Colócanos en la perspectiva adecuada:

vivir tu presencia.

vivir en tu presencia,

vivir contigo en tu presencia

la comunión de toda comunión,

la paz de toda paz,

la salvación de toda salvación.

 

Señor Jesús, queremos seguirte.

Sólo tú tienes palabras de visa eterna.

 

Por ti sabemos que la expresión más bella de lo humano

es la entrega de sí.

 

Tocan tiempos de soltar con audacia.

Tocan tiempos de confiar con fe de alta calidad.

Tocan tiempos de entrega para aportar lo que falta.

 

Tocan tiempos de optar a fondo perdido

Tocan tiempos de arriesgar según la ciencia de la cruz.

Tocan tiempos de acrisolar nuestra fe,

nuestra esperanza,

nuestra caridad.

 

Señor Jesús.

Que tu cruz

sea nuestra luz.

 

carmeloampelio@gmail.com

 


miércoles, 6 de marzo de 2024

49.- CICLO B. CUARESMA 4. 10.03.2024

EL QUE OBRA LA VERDAD SE ACERCA A LA LUZ.

 

Cristo Jesús,

vivo en ciudades extrañas,

ruidosas

obsesionadas,

como si huyeran disfrazándose

entre alcohol y coches de alta gama.

 

Cristo Jesús,

vivo en tiempos extraños,

entre gentes

con desolados paisajes interiores:

sus rostros son rostros disecados,

sus manos son salas de espera sin esperanza,

sus miradas arrugadas rezuman desolación.

 

Vivo tiempos de éticas para náufragos.

Vivo tiempos de sequía ruidosa.

Vivo tiempos de desiertos llenos de lagartos enfermos.

 

Vivo tiempos como si viajara

a bordo de un barco enloquecido.

¿Quién va orientado?

¿Quién sabe bien lo que hace?

¿Quién va sobrio

y no se miente a sí mismo?

 

Me cansa tanto y tanto slogan vacío.

Me cansa tanta epidemia de soledad.

Me cansa tantos y tantos arañazos en el corazón.

 

Cristo Jesús,

¿Dónde las soluciones?

¿Dónde los profetas?

¿Dónde los caminos

con caminantes fraternales?

 

Cristo Jesús,

¿Acaso una obra de la luz

sea dejar atrás los escombros

y construir,

con algunos restos

y mucha confianza

nuevos navíos,

nuevas relaciones,

nuevas esperanzas?

 

Cristo Jesús,

¿Dónde los que se acercan a la luz?

 

Todo el amor humano,

todo el amor divino

me tiembla en el costado.

 

carmeloampelio@gmail.com