jueves, 14 de agosto de 2025

125.- 17.08.2025. TIEMPO ORDINARIO 19.CICLO C

Entre el fuego y el miedo.


Señor, vivimos entre el fuego y el miedo,

entre el quiero y no puedo,

entre el compromiso y la comodidad.

 

Señor, vivimos entre el entusiasmo y la resignación,

entre la lucidez y el vivir con los ojos cerrados,

entre la entrega y la autoafirmación.

 

Señor, vivimos entre la empatía y la indiferencia,

entre la solidaridad y el “no podemos hacer nada”,

entre la fraternidad y el individualismo.

 

Señor vivimos entre la comunión y el individualismo,

entre la pasión y la apatía,

entre la audacia y lo pusilánime.

 

Señor, vivimos entre la misión y el autocentramiento,

entre la energía y el cansancio,

entre la alegría y la tristeza.

 

Señor, vivimos entre el sentido y el hastío,

entre la lucidez y el desencanto,

entre la libertad y el desconcierto.

 

Señor,

aliéntanos más,

libéranos más,

ábrenos más.


carmeloampelio@gmail.com


sábado, 9 de agosto de 2025

124.- 10.08.2025. TIEMPO ORDINARIO 19.CICLO C

En vela… esperándote. 

Pero andamos distraídos, en nuestras ensoñaciones , en nuestros caprichos, en nuestras peleítas.


En vela… apoyados en la fe de toda la constelación de creyentes de la historia de la humanidad

Pero nos agarramos a lo que sea con tal de sentir algo de seguridad humana, demasiado humana. 


En vela… enraizados en la confianza de todo acabará bien.

Pero vivimos asustados porque nos fijamos en los ruidos extraños que generan los tiempos que vivimos.


En vela… en paz con nosotros mismos y con la realidad.

Pero dejamos mucho espacio a los miedos, a las ansiedades, a los miedos que brotan de nuestras cegueras.


En vela… serenos como un niño en brazos de su madre.

Pero agitados por las heridas de nuestras ignorancias y nuestra mediocridades.


En vela… sensibles a tu presencia misteriosa y salvadora.

Pero turbados por las sombras de nuestra biografía, tan fragmentada a veces.


En vela… conscientes la lucidez tranquila que da el saberse dentro del camino de salvación.

Pero irritados porque las cosas nos salen como nosotros queremos: así de infantiles somos. 


En vela… alimentados de la sabiduría de quien ha sabido intuir la fuerza del evangelio.

Pero nerviosos porque no nos acabamos de creer la potencia del evangelio. 


En vela… seguros como quien sabe que todo tiene un destino de amor y comunión.

Pero miedosos porque no queremos soltar nuestras ideas, nuestras seguridades, nuestros supuestos logros. 


En vela… siguiendo las mejores intuiciones de nuestro corazón.

Pero haciendo pequeñas trampas para que nos creamos que hemos acertado de verdad en lo que hacemos, decimos o deseamos en nuestra vida. 


En vela… sintiendo que estamos alineados con el poder de Dios.

Pero creyéndonos mucho mejores y mucho más merecedores que los que “no son de los nuestros”.


En vela… conectados con las santas energías del universo y de la humanidad.

Pero vivimos como si la vida fuera una especie de sálvese quien pueda.


En vela… insertos en el fluir de la vida, de la consciencia, de la comunión.

Pero poniendo peros constantes a lo que la realidad nos ofrece día a día. 


En vela… Pero encerraditos en lo nuestro, ciegos a los signos de los tiempos. 

En vela… Pero sin salir de nuestras comodidades que controlamos.

En vela… Pero negando nuestra sed de plenitud, de humanidad, de salvación. 


¡Despiértanos, Señor!

¡Sacúdenos, Señor!

¡Vivifícanos, Señor!



carmeloampelio@gmail.com


viernes, 1 de agosto de 2025

123.- 03.08.2025. TIEMPO ORDINARIO 18.CICLO C

ATESORAR

Señor, somos como somos,

pequeños egos

que sobrevivimos como podemos

en estos extraños tiempos

que nos asustan y nos paralizan. 


Señor, somos como somos: 

buscamos atesorar validaciones externas, éxitos, prestigios.

Pero en el fondo de nuestro corazón ansiamos tu mirada sobre nosotros. 


Señor, somos como somos: 

necesitamos poseer, acumular, presumir para sentirnos alguien ante los demás.

Pero en el fondo de nuestro corazón sabemos que sólo tú calmarás nuestra sed.


Señor, somos como somos: 

despreciamos una y otra vez a los que consideramos que son mejores que nosotros.

Pero en el fondo de nuestro corazón sabemos que nuestras heridas sólo las puedes sanar tú.


Señor, somos como somos: 

vamos por la vida con una amplia gama de disfraces para quedar bien sea como sea.

Pero en el fondo de nuestro corazón sabemos que tú conoces lo que habita en nuestro corazón.


Señor, somos como somos:

expresamos muy a menudo nuestra frustración porque las cosas no salen como queremos.

Pero en el fondo de nuestro corazón sabemos que todo lo que pasa tiene un designio de amor.


Señor, somos como somos:

huimos de nosotros mismos con nuestra hiperactividad, nuestra inquietud, nuestra aceleración.

Pero en el fondo de nuestro corazón sabemos que sólo podemos descansar en la comunión contigo.


Señor, somos como somos: 

nos interesan, de verdad, pocas cosas de los demás.

Pero en el fondo de nuestro corazón sabemos que somos uno en nuestra peregrinación hacia el Reino.


Señor, somos como somos: 

vamos de tibieza en tibieza frente a las necesidades de amor nuestras y de los demás.

Pero en el fondo de nuestro corazón queda el rescoldo que sólo tú puedes avivar.


Señor, somos como somos:

acumulamos mediocridades,

acumulamos miedos,

acumulamos justificaciones. 


Señor, somos como somos:

humanos demasiado humanos.


Señor Jesús, 

ten piedad de nosotros.