sábado, 14 de septiembre de 2024

76.- CICLO B. DOMINGO 24 DEL TIEMPO ORDINARIO. 15.09.2024

 EL NOMBRE SOBRE TODO NOMBRE


El amado por Dios

El amado por los hombres

El arraigado que nos arraiga

El buen pastor sean como sean las ovejas

El cordero de Dios que grita, suda, llora antes de su final

El de cimiento firme

El de la familia de Dios

El enérgico con ternura

El maestro lleno de sabiduría

El manso y humilde de corazón

El que abaja para que los hombres nos alcemos hacia Dios

El que se alegra de que seamos humanos que buscan a Dios

El que asume lo que es humano, demasiado humano

El que destapa nuestra contradicción por nuestros egoísmos

El que es camino de sanación para todos

El que es la persona cabal y nos invita a la mejor autenticidad humana

El que es la vida más allá de cualquier esperanza meramente humana

El que es nuestro yo más profundo, más real, más vital

El que es signo de contradicción frente a toda clase de egoísmos, narcisismos, maldades.

El que no se calla ante la deshumanización de los más débiles

El que nos invita al camino de la vida día a día, palabra a palabra, obra a obra

El que nos saca de nuestras casillas para que crezcamos en fe, esperanza y caridad.

El que pone compañía donde hay desolación

El que pone esperanza más allá de cualquier desolación

El que pone fe, siempre, siempre, siempre

El que pone luz en nuestras cegueras, en nuestras sombras, en nuestras miserias

El que redime al mundo con una misericordia misteriosa e infinita

El que sana lo que hay de oscuro en el alma de cualquier ser humano

El que nos reta para salir de nuestra tendencia a la autocomplacencia

El que se conmueve ante la humanidad doliente

El que se hizo metáfora fascinante y seductora

El que se hizo poesía que toca los corazones de los hombres sensibles a la santidad

El que se hizo puente entre la santidad de las santidades y la humana humanidad

El que siembra paz constantemente

El sufre constantemente el riesgo de la deformación por los idólatras

El valiente que nos llama a la audacia


El nombre sobre todo nombre.


Amen. Aleluya.


carmeloampelio@gmail.com 


miércoles, 4 de septiembre de 2024

75.- CICLO B. DOMINGO 23 DEL TIEMPO ORDINARIO. 08.09.2024

 ÁBRENOS

 

Ábrenos, Señor al crecimiento personal y espiritual:

que no tengamos miedo a los desafíos

que el cuidado de la vida nos pone delante

en estos extraños tiempos que nos tocan vivir.

Ábrenos la mente y el corazón

Ábrenos los horizontes y nuestra capacidad de empatía.

Ábrenos… porque estamos enraizados en ti.

 

Ábrenos, Señor, al camino del Reino y a la mejora constante:

que descubramos día a día,

momento a momento,

lo que de verdad nos importa:

tu presencia, tu compañía, tu salvación…

Tu vida. Tu reino de vida.

Ábrenos el entendimiento y la sensibilidad.

Ábrenos a la novedad y a la compasión con las personas que nos encontramos en la vida.

Ábrenos… porque estamos implantados en ti.

 

Ábrenos, Señor, a la novedad constante

que tu espíritu infunde

en las entrañas de los mejores seres humanos

de la humanidad con la que compartimos historia, dolores y alegría.

Ábrenos constantemente a la voluntad de verdad y al cultivo del bien.

Ábrenos a la receptividad y al deseo sincero de comunión.

Ábrenos… porque estamos enraizados en ti.

 

Ábrenos, Señor, a la exploración y al cultivo

de los nuevos caminos y métodos

que los mejores de la humanidad desarrollan

en su peregrinar como humanos

buscando desplegar los mejores dones que tienen.

Ábrenos a las nuevas navegaciones

que intuimos ya presentes

en tantos y tantos seres humanos

que caminan a nuestro lado.

Ábrenos a la confianza en las energías

de los dinamismos de la humanidad

que cuidan, que construyen, que crean belleza.

Ábrenos… porque estamos implantados en ti.

 

Ábrenos, Señor, a la diversidad, a la inclusión, a la acogida.

Ábrenos a la diversidad que nos enriquece.

Ábrenos a la inclusión que nos hace crecer.

Ábrenos a la acogida en la mesa del Reino.

 

Ábrenos, Señor a tu santidad.

Ábrenos, Señor a tu justicia.

 

Ábrenos, Señor: que seamos aprendices constantes de tu Reino.

Ábrenos, Señor, que seamos audaces sembradores de semillas de tu reino.

 

¡Que se cumpla en nosotros tu voluntad!

 

Amén. Aleluya.