jueves, 25 de julio de 2024

69.- CICLO B. DOMINGO 17 DEL TIEMPO ORDINARIO. 28.07.2024

 EL CRISTIANISMO SE COME


Señor Jesús, por ti sabemos que los cristianos estamos llamados a dar de comer a los que tienen hambre y sed desde hace demasiados siglos, desde hace demasiadas injusticias, desde hace demasiadas barbaries.


Señor Jesús, nos llamas a acompañar a los que tienen hambre y sed de sentido, de significado, de sensibilidad.


Señor Jesús, estamos llamados a alimentar a los que viven en hambre y sed de humanidad, de justicia, de santidad.


Señor Jesús, por ti sabemos que estamos llamados a servir a los heridos en cuerpo y alma… que estamos llamados a cuidar al que es vulnerable y frágil… que estamos llamados a estar a favor de la vida humana de toda vida humana siempre, sin excepción, esperanzadamente a pesar de tanto vacío, a pesar de tantos traumas, a pesar de tanta dureza de corazón. 


Señor Jesús, que seamos audaces y valientes en esta misión de proteger a los desfavorecidos, a los que están perdidos, a los sufrientes sea cual sea su dolor, sea cual sea su herida, sea cual sea la barbarie que sufran en medio de estos tiempos que nos amedrentan, nos asustan, nos paralizan.


Señor Jesús, no hay recetas infalibles para el cuidado de la vida en esta cultura enrarecida que nos cansa, nos desconcierta, nos aturde.

Señor Jesús,  no hay fórmulas mágicas para el cuidado de la fraternidad en esta cultura tan individualista. tan polarizada, tan poco razonable. 

Señor Jesús, no hay tutoriales simplones para los caminos de crecimiento humano, para los caminos de crecimiento religioso, para los caminos de crecimiento espiritual en estos tiempos que nos intimidan, nos impregnan de miedo, nos sobrepasan. 


Señor Jesús, por ti sabemos que no hay atajos. Por ti sabemos que se trata de darse, se trata de desvivirse, se trata de compartir lo que somos, lo que tenemos, lo que deseamos de todo corazón. 

Señor Jesús, se trata de llevarte, de decirte, de sembrarte, de encarnarte con creatividad, con pasión, con autenticidad. 

Sabemos que es alimento palpable para la vida, para la libertad, para la comunión a través de nuestras presencias y nuestras acciones, a través de nuestras palabras y nuestras interpretaciones, a través de nuestros trabajos y nuestras familias.


Señor Jesús, por ti sabemos que el cristianismo se come, se deja comer y da de comer…


Señor Jesús, haznos servidores amables, humildes, incluyentes. Haznos alimento de la nueva humanidad que contigo empezó y que hunde sus raíces en el inicio de los tiempos… Haznos síntomas de la vida nueva que contigo comenzó y que se plenificará misteriosamente, amorosamente, santamente al final de los tiempos. 


Señor Jesús, haznos como Tú, servidores de la vida.


carmeloampelio@gmail.com 


jueves, 18 de julio de 2024

68.- CICLO B. DOMINGO 16 DEL TIEMPO ORDINARIO. 21.07.2024


TE PREOCUPAS POR NOSOTROS
 
Señor Jesús, sabemos que te preocupas de nosotros.
Misteriosamente,
tu presencia,
tu impulso,
tu comunión
nos fundamenta
y nos hace arder en tu amor,
ese amor que es la energía infinita del universo.
 
Señor Jesús, eres la luz que puede saciar
las mentes y los corazones de todos los seres humanos
en su sed de santidad y justicia.
Hoy necesitamos mucha lucidez y nuevos caminos
para crecer en mística y en fraternidad
en estos tiempos extraños que nos tocan vivir.
Danos valentía para abrirnos a la creatividad y a la libertad,
a la entrega y a la confianza
entres tantas cruces de caminos absurdos y oscuros.
 
Señor Jesús,
protégenos frente al desánimo
con tu fuerza de vida.
Protégenos frente a los miedos
con tu valentía profética.
Protégenos frente a nuestros autoengaños
con tu exigencia de autenticidad,
con tus preguntas que nos atraviesan el corazón,
con tu fuego santo que nos purifica.
 
Señor Jesús,
entre tantos corazones rotos y mentes desconcertadas,
entre tantos desfondamientos y soledades,
entre tantos sufrimientos y tensiones
sabemos que eres el mejor refugio posible.
Señor, transfórmanos en personas acogedoras
que transmiten paz y confianza en el ser humano
y en sus procesos de crecimiento y maduración.
a pesar de tantos pesares en contra.
 
Señor Jesús,
despierta con poder la fuente de vitalidad inmensa
que es tu presencia
en nuestra intimidad más humana.
 
Señor Jesús, haz que seamos las manos que cuidan,
la mirada que siembra misericordia,
la fraternidad que hace que surja lo mejor de cada uno.
 
Señor Jesús,
esperanza sobre toda esperanza,
luz de toda luz,
amor sobre todo amor
a tiempo y a destiempo…
regenera nuestras fragilidades e incertidumbres
en manantiales de vida,
en energía creativa,
en increíbles capacidades de ternura y cuidado
que es lo que el mundo necesita.
 
Señor Jesús, por ti podemos
esforzarnos con sentido,
rezar con autenticidad,
cumplir nuestra misión
para la que nos eliges:
ser auténticamente seres humanos
para los demás.
 
Amén. Aleluya.

 

carmeloampelio@gmail.com  

 


jueves, 11 de julio de 2024

67.- CICLO B. DOMINGO 15 DEL TIEMPO ORDINARIO. 14.07.2024

ENVIADOS


Señor Jesús, nos envías a la misión.
Siempre lo haces: nos quieres luz del mundo.
Señor Jesús,  somos Iglesia: somos de los tuyos.
Somos misioneros.
¡Que seamos síntoma de tu presencia que sana y genera confianza!
¡Que seamos testigos de la santidad y de la justicia!
 
Hoy, intuimos que hay una sed de refugio, de silencio, de santidad
en los corazones de muchos de nuestros contemporáneos.
Hay mucha desorientación y mucha huida de las huidas.
Hay mucha tristeza de fondo.
Hay mucha soledad.
Hay mucha biografía íntima no escuchada, no querida, no sanada.
Señor Jesús, nos encontramos con tantos y tantos muy dañados en su corazón.
¡Que seamos síntoma de tu presencia que sana y genera confianza!
¡Que seamos testigos de la santidad y de la justicia!
 
Señor Jesús, el mundo quiere autenticidad,
quiere que hablemos sencilla y sinceramente de ti,
de tu presencia en nosotros y en la realidad,
de tu poder de sanación y de liberación
y de tu fascinante rostro de santidad.
El mundo exige y espera de nosotros
sencillez de vida,
vida de oración,
ardiente caridad para con todos,
pero especialmente para los pequeños y los pobres,
los caídos del sistema,
los nadie de nuestras ciudades,
los migrantes,
víctimas de tantos sufrimientos evitables.
¡Que seamos síntoma de tu presencia que sana y genera confianza!
¡Que seamos testigos de la santidad y de la justicia!
 
Señor Jesús, nos quieres radicalmente alternativos:
centrados en lo esencial,
humildes,
fraternales,
desapegados de sí,
austeros,
transparentes,
veraces,
cabales…
personas para los demás
que generan nuevas formas de convivencia,
nuevas formas de economía,
nuevas formas de familia,
nuevas formas de educación,
nuevas formas de acogida,
nuevas formas de política…
nuevas formas de Iglesia.
¡Que seamos síntoma de tu presencia que sana y genera confianza!
¡Que seamos testigos de la santidad y de la justicia!
 
Señor Jesús, quisiéramos ser 
muy humanos y muy santos,
muy novedosos y muy enraizados
en la historia de santidad de la humanidad.
¡Que seamos síntoma de tu presencia que sana y genera confianza!
¡Que seamos testigos de la santidad y de la justicia!
 
Señor Jesús,
marcados por tu santidad,
asidos por tu santidad,
alimentados por tu santidad
surge de nosotros
un canto de alabanza,
un canto de confianza,
un canto de alegría:
Proclama nuestra alma
tu grandeza, Señor…


carmeloampelio@gmail.com

miércoles, 3 de julio de 2024

66.- CICLO B. DOMINGO 14 DEL TIEMPO ORDINARIO. 07.07.2024

 FALTA DE FE
 
Señor Jesús, nos conoces.
Conoces nuestras carencias,
nuestra debilidades humanas, demasiado humanas. 
Conoces de verdad lo que habita en nuestro corazón.
Nos conoces mejor que nosotros mismos a nosotros mismos.

Señor Jesús, auméntanos la fe.
Señor Jesús, auméntanos la inteligencia de tu salvación.
Señor Jesús, auméntanos la sabiduría que hace de nosotros síntoma evidente de tu reino de vida.

Señor Jesús, nuestra fe muchas veces es coja y quejumbrosa.
Nuestra fe muchas veces suena desafinada y atemorizada frente a los desafíos que el desprecio a la vida nos pone por delante.
Nuestra fe muchas veces nos impulsa poco a llevar libertad, alegría y paz a los demás.

Señor Jesús, auméntanos la fe.
Señor Jesús, auméntanos el compromiso con tu deseo de salvación de para todos.
Señor Jesús, auméntanos la sabiduría de la santidad y la justicia que nos propones como guía de nuestra vida.

Señor Jesús, nos conoces.
Nos cuesta ver tu presencia que salva y que nos invita a ser apasionados del reino de la vida.
Nos cuesta comprender que el sí a la vida es la clave de la plenitud que ofreces.
Nos cuesta actuar como colaboradores del cuidado de tú ofreces, misteriosamente, a todos los seres humanos.

Señor Jesús, vivimos tiempos extraños que nos asustan.
Señor Jesús, vivimos tiempos convulsos que nos desconciertan
Señor Jesús, vivimos tiempos nerviosos que nos quitan la paz.

Señor Jesús, tenemos miedo a crecer como hijos e hijas de Dios.
Señor Jesús, tenemos miedo a ampliar nuestra zona de confort.
Señor Jesús, tenemos miedo a explorar nuevos caminos,
nuevos modos,
nuevas presencias. 

Señor Jesús, auméntanos la fe.
Señor Jesús, auméntanos la conciencia de ser misioneros.
Señor Jesús, auméntanos la conciencia de ser testigos audaces de tu amor universal.