miércoles, 26 de junio de 2024

65.- CICLO B. DOMINGO 13 DEL TIEMPO ORDINARIO. 30.06.2024

 Señor Jesús, la Palabra nos dice 
que nos sacarás del abismo
de la dureza de la vida…

Ante ti, quisiéramos vivir 
el asombro de la fe,
el asombro de la confianza,
el asombro ante tu poder de salvación.

Pero es muy difícil. 

No sabemos cómo reconocer los dones que nos alimentan.
No sabemos cómo contemplar la gracia que nos impulsa.
No sabemos cómo vivir para crecer en la espiritualidad 
que realmente necesitamos 
en los tiempos que nos tocan vivir. 

Señor Jesús, vivimos 
entre miedos,
entre crisis,
entre absurdos. 

Señor Jesús,
tantas y tantas veces 
el estupor
ante la dureza de la vida
nos golpea 
como si no hubiera alternativa,
como si no hubiera paz,
como si no hubiera salvación.

Muchas veces nos abruman las preguntas sedientas…

¿Cómo confirmar que nos encaminamos a la vida de toda vida?

¿Cómo saber que nuestras heridas no son la última palabra?

¿Cómo superar el pesimismo y el fracaso que nos tanto nos dañan?

¿Cómo no huir, alucinados, hacia el egoísmo y el individualismo?

¿Cómo no maldecir?

¿Cómo no blasfemar?

¿Cómo saber de verdad que no estamos solos,
que no somos una insignificancia cósmica,
que no nos disolveremos como una ínfima brizna bioquímica?

Señor Jesús, 
muchas nos sentimos 
caminantes a la intemperie,
con sed…
una sed que surge de nuestro corazón herido…
una sed que refleja nuestros miedos…
una sed que nos urge a buscarte aún más…

Para esta sed 
hace ya mucho tiempo
que no nos valen
las palabras de siempre
que suenan vacías, 
que suenan burocráticas,
que suenan ininteligibles…
palabras que no nos ayudan a dar gracias de todo corazón,
palabras que no nos impulsan a la alegría entrañable, ,
palabras que no nos alimentan en las necesidades reales que vivimos día a día. 

Señor Jesús,
no escuchamos hablar de Ti
con palabras vivificantes,
significativas,
luminosas
para nosotros
y para quienes nos rodean…
… con palabras vigentes
que den esperanza
auténtica… 
… con palabras que nos lancen 
a la libertad,
a la alegría,
al cuidado real de toda vida. 

Señor Jesús, 
¿dónde los santos?
¿dónde los profetas?
¿dónde los testigos
que nos señalen
caminos transitables
y humanizantes?

Señor Jesús,
ilumínanos. 




viernes, 21 de junio de 2024

64.- CICLO B. DOMINGO 12 DEL TIEMPO ORDINARIO. 23.06.2024

 ¿POR QUÉ TENÉIS MIEDO? ¿AÚN NO TENÉIS FE?

 

Señor Jesús, vivimos hastiados de ruidos que nos asustan.

Señor Jesús, que sintamos tus manos sobre nosotros.

 

Señor Jesús, vivimos sumergidos en de masas desvertebradas.

Señor Jesús, que sintamos tus mirada personal sobre nosotros.

 

Señor Jesús, vivimos embebidos en muchedumbres solitarias.

Señor Jesús, que sintamos que nos llamas por nuestro nombre.

 

Señor Jesús, nos hablan ecos y ecos de tinieblas desde nuestro interior.

Señor Jesús, háblanos con la fuerza de poder sanador.

 

Señor Jesús, nos secuestran la atención malévolamente.

Señor Jesús, háblanos de lo esencial, de ti y de tu amor sobre todo amor.

 

Señor Jesús, nos agobiamos porque no tenemos tiempo para tanto reclamo externo.

Señor Jesús, sosiéganos con presencia que recrea y enamora.

 

Señor Jesús, nos azuzan nuestras ansiedades.

Señor Jesús, cálmanos con tus palabras de vida eterna.

 

Señor Jesús, nos abruman nuestras explosiones de estrés.

Señor Jesús, apacíguanos con tu paz y tu confianza.

 

Señor Jesús, nos asustan nuestras carencias.

Señor Jesús, apaciéntanos con poder de salvación.

 

Señor Jesús, nos ahogamos en las dinámicas estúpidas en las que nos meten y nos metemos.

Señor Jesús, oriéntanos en el camino de la vida en abundancia.

 

 

Señor Jesús, recomponnos

entre tantos miedos,

entre tantos desasosiegos,

entre tantas desconfianzas.

 

 

Señor Jesús,

restáuranos,

revitalízanos,

consolídanos.

 

Señor Jesús,

auméntanos la fe,

redobla nuestra esperanza.

expande nuestra caridad.

 

Señor Jesús,

sin ti somos tan poca cosa…

jueves, 13 de junio de 2024

63.- CICLO B. DOMINGO 12 DEL TIEMPO ORDINARIO. 16.06.2024

 ASOMBRO

 

Señor Jesús, ante Ti,

asombro de poder optar

por la humildad

constantemente,

conscientemente.

Como Tú.

Contigo.

 

Señor Jesús, ante Ti

asombro de poder comunicarnos

y constatar la fraternidad última

diaria que nos define

constantemente,

conscientemente.

Como Tú.

Contigo.

 

Señor Jesús, ante Ti

asombro de poder cuidar

la vida en los detalles

de nuestras relaciones sociales

constantemente,

conscientemente.

Como Tú.

Contigo.

 

Señor Jesús,

ante Ti,

asombro ante la gratuidad esencial

de estar vivos

cuidándonos unos a otros

constantemente,

conscientemente.

Como Tú.

Contigo.

 

Señor Jesús, ante Ti,

asombro ante la confianza última

que nos ofreces con tu presencia

en nuestras vidas,

constantemente,

conscientemente.

Contigo, Señor, contigo.

 

Señor Jesús, ante Ti,

confianza

constante,

consciente

en que todo acabará bien.

Contigo, Señor, contigo.

 

Señor Jesús,

que ralenticemos nuestras vidas

para saborear de verdad

los síntomas sencillos

de tu Reino

en nosotros,

en los nuestros,

en los que nos rodean,

en lo que nos pase,

sea lo que sea.

Contigo, Señor, contigo.

 

Señor Jesús,

donde hay avidez insaciable

no estás Tú ni tu Reino.

 

Señor Jesús,

donde hay prisas

que avasallan

no estás Tú ni tu Reino.

 

Señor Jesús,

donde hay ostentación

egocéntrica

no estás Tú ni tu Reino.

 

Señor Jesús, no somos constructores de tu Reino.

Es tu Reino el que nos construye…


carmeloampelio@gmail.com

jueves, 6 de junio de 2024

62.- CICLO B. DOMINGO 11 DEL TIEMPO ORDINARIO. 09.06.2024

 

Señor Jesús, ábrenos los ojos para intuir en lo pequeño y cotidiano 
la presencia sorprendente de tu Reino,
sin prisa, sin pausa.
Señor Jesús, agudiza nuestro instinto para el bien 
y así poder captar tanto y tanto 
de bueno y de santo que hay en el corazón 
de quienes nos encontramos en la vida,
tan humanos, 
tan hijos de Dios,
tan imagen misteriosa
de tu ser en la humanidad. 
Señor Jesús, haznos capaces de asombrarnos ante nuestra capacidad 
de acoger los dones de la vida en el día a día,
dones imprescindibles
para irradiar
la buena noticia
de que es posible
una fe,
una esperanza
y una caridad
que nos humanicen plenamente,
que sacien nuestra sed de autenticidad
y sosieguen esos miedos
que arañan nuestras entrañas.
Señor Jesús, expande nuestra sensibilidad 
para ver en la lentitud cotidiana la fuerza última de tu Reino,
esa fuerza que fundamenta e impulsa
todos los dinamismos de la realidad
en los que estamos implantados,
en los que germinamos
y por los que podemos dar frutos
que muestren que lo mejor de nuestra humanidad
es tu amor y tu cuidado desbordante.
Señor Jesús, purifica nuestra inteligencia 
para que descubramos los signos de tu poder 
en lo humilde, 
en lo sencillo, 
en la inocencia, 
en lo lento, 
en lo que se está gestando, 
en lo frágil
pero misteriosamente
palpitante de vida en abundancia.